Otra mentira del Presidente mitomano
Esta columna es como un "derecho de réplica" que me atribuyo porque si espero que me lo concedan sé que me voy a quedar esperando y como periodista y responsable absoluta de lo que escribo aquí desde hace más de 25 años, quiero ejercer ese derecho no sólo por mi, sino por todos los venezolanos ofendidos, amenazados, humillados por Hugo Chávez en sus programas, mensajes, entrevistas, y donde le provoca referirse a nosotros. Pero comienzo con lo personal.
En días pasados Chávez confesó que su debilidad era la televisión, no palabras exactas, pero era el contexto, y comentó que había sido "animador" conmigo en la Academia Militar. Al lado de todos los gravísimos problemas que tiene el país, que yo me refiera a esto parece una ligereza. Pero es que esa afirmación es una señal más de esta mitomanía que lo lleva a hacer realidad en su mente lo que nunca pasó. Yo he contado cómo sucedió en realidad y hay muchos testigos que pueden apoyar la auténtica versión. El era entonces un flacuchento subteniente, supongo el rango porque nunca me ha interesado ese tema, que estaba tras el telón por si lo necesitaban sus superiores. Y lo necesitaron. Como yo era más bajita que cualquier cadete, cada vez que uno venía a hablar acompañando a una candidata a reina de la Academia, el sacaba un taburetico y para no mover el micrófono lo traía y lo llevaba. Me dio lástima verlo agacharse y pararse con el dichoso banquito y lo bauticé cariñosamente "taburetico" agradeciendo su ayuda. Si llevar y traer un taburetico es "animar" no es difícil suponer cómo, siendo simplemente un "funcionario público" en su mas alta jerarquía, Hugo Chávez se siente Bolívar.
Escucharlo repetir frases del Libertador en un plagio barato e irrespetuoso, repasar todos los abusos históricos, políticos, el menosprecio a los venezolanos en su afán de arrodillar otros pueblos en su necesidad energética convirtiéndolos en lacayos de su chequera, el manoseo de nuestros valores y libertadores con el Che, ese mundo suyo tan personalista y tan irreal....Este hombre enloquecido de poder y riquezas ante el cual se inclinan deudores y cómplices, incapaz de asumir que este país se ha quitado ya la venda de los ojos y lo conoce, que se va huyendo buscando alfombras rojas de cortesanos y cortesanas extranjeros, que contamina mentes y arma brazos, que ahora amenaza con verificar los restos de Simón Bolívar para distraer la atención de un pueblo que ha madurado a golpes y lágrimas con sus locuras, que se niega a enfrentar la realidad que lo rodea, miente cuando afirma que "animó" conmigo las elecciones de reinas de la Academia Militar. Era "taburetico". Con su banquito esperaba tras el telón que se necesitara. No era el mismo rollizo, bien alimentado de ego y riquezas. Era insignificante, gris, ansioso sí, de reconocimiento. Lo que llevaba por dentro de impaciencia, de contenido rencor, no se notaba entonces, ni se percibían en aquella figura uniformada.
¿Cuántos días lleva afuera Chávez? Llegará para recibir a los rehenes liberados de las Farc. Que los soltaran en "desagravio" a él. Demostrando así ante los venezolanos que esperan su esfuerzo para traer a los suyos a sus hogares, que están en el mismo bando, que los unen los mismos sentimientos e ideologías.
Allá, inaugurando refinería mientras aquí se queman, se deterioran, colapsan, ¿habrá pensado alguna vez en los presos políticos que no estarán con sus seres queridos en estas fechas? No. Es mentira. Chávez nunca animó conmigo nada. Solo ponía el "taburetico" cuando se necesitaba. Otra mentira más.
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