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sábado, 20 de octubre de 2007

Asueto y golpe constitucional


Adolfo P. Salgueiro //
La Constitución que harán aprobar no durará mucho por que no es producto del consenso
Durante el fin de semana, mientras muchos disfrutábamos del puente del 12 de octubre (ya no sabemos si es día de la Hispanidad o de la "Resistencia Indígena") el oficialismo, dio una puñalada letal a la preservación de la democracia. El lunes vinimos a enterarnos que la Asamblea Nacional, luego de "agotadoras jornadas de reflexión" y "decenas de miles de sesiones de parlamentarismo de calle", había resuelto atender el "clamor popular" incorporando veinticinco nuevos artículos a los treinta y tres originales de la iniciativa presidencial para la reforma constitucional.

No se trata aquí de caer en densas consideraciones jurídicas acerca de la legalidad o no de dicha maniobra que además de ser evidentemente ilegal adolece de falta de legitimidad y es un atentado a la buena fe con que los gobernantes (de todos los poderes del Estado) deben relacionarse con los gobernados.

La Constitución de 1999 en su artículo 343 dispone que un proyecto de reforma debe tener tres discusiones: la primera es la presentación, la segunda por capítulos y la tercera artículo por artículo. Es ahora cuando la "constitucionalista" Cilia Flores, en un arrebato de interpretación acomodaticia resuelve que las modificaciones introducidas en la medianoche entran directamente a esta tercera y última discusión. Se ve a las claras que lo que aquí se cumplió es un plan concertado entre el Sr. Chávez que comenzó con el aperitivo y la comisión de la AN que en pleno asueto introduce un articulado cuyas características y consecuencias la gente ni se imagina.

Encima de ello tienen el tupé de invocar su ánimo de consulta y el fulano parlamentarismo de calle del cual es muestra suficiente la que se escenificó esta semana en el teatro Teresa Carreño donde los estudiantes fueron desalojados a puntapiés de un acto cuya convocatoria era para todo el que quisiera asistir. ¿O no? ¿Es que los estudiantes no chavistas (no necesariamente opositores) no son pueblo? ¿Es que los que nos oponemos a esta farsa (incluyendo muchos chavistas) tampoco somos pueblo?

De una cosa sí podemos estar seguros y es que la Constitución que a sangre y fuego harán aprobar no durará mucho tiempo por que no es producto del consenso como sí lo fue la de 1961 aprobada por todos los actores políticos de la época sin excepción. ¡Por eso sirvió con utilidad cuarenta años! Mandaran adecos o copeyanos, las reglas del juego y el modelo plural de sociedad eran consensuados y por eso nunca a nadie se le ocurrió cambiarlos.

Mientras tanto, como siempre, aquí no pasa nada y lo único dramático de la semana es el aumento del impuesto al whisky y otras bebidas alcohólicas. Pocos piensan en el significado de la suspensión del derecho al debido proceso y a la información durante los estados de excepción que el Presidente podrá decretar a su voluntad.

Este columnista vivió exactamente eso en la década de los setenta en su Argentina natal. El precio fue de treinta mil "desaparecidos" documentados y censados más cientos de miles de ex patriados esparcidos por el ancho mundo. Yo sí sé de eso. ¡Ojalá que Ud., amigo lector, no tenga que aprenderlo en cuero propio!

apsalgueiro@cantv.net

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