¿A qué le temen?

Francisco Olivares //
Qué hace que el Gobierno le tenga temor a una concentración organizada por Podemos cuyo propósito es exigir al CNE que posponga el referendo por la reforma constitucional. Ayer en la madrugada fueron interceptados los autobuses que trasladaban a seguidores de esa organización provenientes tanto del Oriente del país como desde el centro.

Las denuncias realizadas por Podemos sobre el manejo arbitrario que ha hecho la Asamblea Nacional con el tema de la reforma y la constante incorporación de artículos no discutidos, introducidos por debajo de la mesa, en cenáculos semiclandestinos donde nadie participa, ha tenido efectos.

Siendo una organización que ha estado al lado de Chávez desde el inicio de su Gobierno, es evidente que comienza está llegando a sectores del chavismo que no están con la reforma. La propaganda oficial transmitida obligatoriamente por los canales de Tv. y radio, sólo exaltan los artículos edulcorados, como el de la seguridad social para los trabajadores informales, la reducción de la jornada laboral y otros temas que bien podrían haberse promovida desde la Asamblea, sin necesidad de incluirlos en la Constitución.

Pero, como el caso de la seguridad social, eso nunca se hizo, es más, se desechó lo avanzado en esa materia en gobiernos anteriores dejando en un limbo numerosas conquistas sociales.

¿Qué se tapa? La reelección indefinida, la eliminación del derecho al debido proceso e información en los estados de excepción o el tema de la ambigüedad sobre el derecho a la propiedad privada.

Los sectores que hoy disienten en el tema de la reforma, como Podemos, están poniendo en la calle ese debate y la propuesta de posponer la decisión del cambio Constitucional suena lógico a cualquier persona, esté o no a favor de Hugo Chávez.

Más allá del propio debate, es un llamado que puede movilizar a todos los sectores que tienen dudas sobre la conveniencia de esa reforma.

Por ello más allá del dilema de ir a votar o no, la posibilidad de posponer los comicios permite llevar el debate fuera de los cenáculos restringidos que utiliza el oficialismo donde sólo hablan los designados del Gobierno. Pero por otro lado serviría para que las organizaciones políticas exijan y garanticen condiciones electorales más favorables a las que han privado hasta hoy.

Esta no es una elección a favor o en contra de Chávez. Por primera vez las encuestas favorecen la opción de rechazar la reforma, si hubiese elecciones limpias. Ese hecho le abre una gran posibilidad a sectores opositores y disidentes del chavismo para plantear una política en la calle que movilice a todo ese sector que hoy es mayoritario. ¿Qué están esperando?

folivares@eluniversal.com