Periodismo Condenado
Por Isa Dobles
Diario El Mundo
Mientras Chávez amenaza a los extranjeros que "osen" hablar "mal" del gobierno, este País, invadido por cubanos, y quién sabe quiénes más, se aguanta una figura extraña, según información pública "abogada", y suponemos que ese grado no es de ninguna universidad venezolana, que no sólo aparece en el canal "de todos los venezolanos" avalada por el mismísimo Presidente de la República "bolivariana" del socialismo "petrolero", sino que se atreve a acusarnos a los periodistas venezolanos y hasta pretende, con el apoyo de esa patética Asamblea roja rojita, llevarnos a declarar frente a sus acusaciones.
Uno no puede preguntarse siquiera "con qué derecho? porque el "derecho" es Chávez. Todo es Chávez.
Pero con esa figura repugnante y adversa a los principios y valores de los venezolanos, están las figuras de los periodistas de siempre, los de ayer, los de la cuarta y todas las otras repúblicas que nos ha tocado reseñar, en la búsqueda angustiosa de los derechos que hoy se pierden en manos de esta corte diferente, arrodillada, bien pagada, y miserable.
Periodistas que hasta que apareció el "predestinado" "relibertador" peleaban hombro con hombro las mismas luchas por la democracia perfectible. Periodistas a los que uno ayudó en más de una oportunidad en luchas personales y del gremio, porque éramos por encima de todo profesionales de una labor que nos exigía ir mucho mas allá de nuestras propias angustias e intereses.
Por supuesto que ningún periodista que se precie de serlo puede ir a contestar acusaciones de esta norteamericana Golinger que a lo mejor ya tiene su nacionalidad "bolivariana" y cualquier día puede ser condecorada por Chávez con la orden del Libertador o la del mismo Chávez.
Esos patrones de moralidad ciudadana o política son tenebrosos y agravantes. Ofenden. Dinamitaron el viaducto como dinamitan lo que recuerde patrimonios, obras e historia. El periodismo venezolano, como las mujeres, la Iglesia, los estudiantes, los medios, somos incómodos y estamos condenados por la barbarie.
Cada día como en gotero nos aplican una... Los que hemos logrado lo que Chávez no, como vivir en Washington, hablar inglés, estudiar en una buena universidad norteamericana, graduar a nuestros hijos allá, trabajar allá y aprender lo que ellos enseñan, pero además criticar lo criticable y tener buenos amigos, significa ser traidores, ladrones, cómplices, conspiradores, etc...
Pero yo quiero ver a Eva Golinger defendiendo a los venezolanos acribillados a balazos por desadaptados o funcionarios encapuchados en el Barrio Kennedy o meterse en uno de las barrios donde se caen las casas o ahogarse con nosotros con las bombas lanzadas por las fuerzas del gobierno.
Y a Mario Silva, también. Este hombre que envilece el medio donde yo trabajé y humilla a mis colegas con su vulgaridad y agresión. Y es mi opinión libre y personal escrita con la autoridad moral de una vida entregada a mi País y mi profesión, comprobada en mi trayectoria y puesta a prueba mil veces porque, conociendo el poder, jamás he traicionado mis valores por intereses personales.
Las Eva Golinger y los Mario Silva se mueven cómodos entre la rapiña porque son aves de rapiña. Pero Venezuela tiene reservas. Esas que siguen haciendo de la cultura democrática la camisa de fuerza de los canallas.
Diario El Mundo
Mientras Chávez amenaza a los extranjeros que "osen" hablar "mal" del gobierno, este País, invadido por cubanos, y quién sabe quiénes más, se aguanta una figura extraña, según información pública "abogada", y suponemos que ese grado no es de ninguna universidad venezolana, que no sólo aparece en el canal "de todos los venezolanos" avalada por el mismísimo Presidente de la República "bolivariana" del socialismo "petrolero", sino que se atreve a acusarnos a los periodistas venezolanos y hasta pretende, con el apoyo de esa patética Asamblea roja rojita, llevarnos a declarar frente a sus acusaciones.
Uno no puede preguntarse siquiera "con qué derecho? porque el "derecho" es Chávez. Todo es Chávez.
Pero con esa figura repugnante y adversa a los principios y valores de los venezolanos, están las figuras de los periodistas de siempre, los de ayer, los de la cuarta y todas las otras repúblicas que nos ha tocado reseñar, en la búsqueda angustiosa de los derechos que hoy se pierden en manos de esta corte diferente, arrodillada, bien pagada, y miserable.
Periodistas que hasta que apareció el "predestinado" "relibertador" peleaban hombro con hombro las mismas luchas por la democracia perfectible. Periodistas a los que uno ayudó en más de una oportunidad en luchas personales y del gremio, porque éramos por encima de todo profesionales de una labor que nos exigía ir mucho mas allá de nuestras propias angustias e intereses.
Por supuesto que ningún periodista que se precie de serlo puede ir a contestar acusaciones de esta norteamericana Golinger que a lo mejor ya tiene su nacionalidad "bolivariana" y cualquier día puede ser condecorada por Chávez con la orden del Libertador o la del mismo Chávez.
Esos patrones de moralidad ciudadana o política son tenebrosos y agravantes. Ofenden. Dinamitaron el viaducto como dinamitan lo que recuerde patrimonios, obras e historia. El periodismo venezolano, como las mujeres, la Iglesia, los estudiantes, los medios, somos incómodos y estamos condenados por la barbarie.
Cada día como en gotero nos aplican una... Los que hemos logrado lo que Chávez no, como vivir en Washington, hablar inglés, estudiar en una buena universidad norteamericana, graduar a nuestros hijos allá, trabajar allá y aprender lo que ellos enseñan, pero además criticar lo criticable y tener buenos amigos, significa ser traidores, ladrones, cómplices, conspiradores, etc...
Pero yo quiero ver a Eva Golinger defendiendo a los venezolanos acribillados a balazos por desadaptados o funcionarios encapuchados en el Barrio Kennedy o meterse en uno de las barrios donde se caen las casas o ahogarse con nosotros con las bombas lanzadas por las fuerzas del gobierno.
Y a Mario Silva, también. Este hombre que envilece el medio donde yo trabajé y humilla a mis colegas con su vulgaridad y agresión. Y es mi opinión libre y personal escrita con la autoridad moral de una vida entregada a mi País y mi profesión, comprobada en mi trayectoria y puesta a prueba mil veces porque, conociendo el poder, jamás he traicionado mis valores por intereses personales.
Las Eva Golinger y los Mario Silva se mueven cómodos entre la rapiña porque son aves de rapiña. Pero Venezuela tiene reservas. Esas que siguen haciendo de la cultura democrática la camisa de fuerza de los canallas.
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