Dobleplay Postal
Por Gustavo Coronel
Noticiero Digital
Una carta a Chávez y otra a Janeth
El régimen ha llegado a límites intolerables de desfachatez. Los venezolanos no podemos mantenernos en silencio frente a la provocación constnte de estos malos dueños del poder. Hoy incluyo dos cartas abiertas: una a Hugo Chávez, acerca de sus declaraciones sobre Cuba y sobre el petróleo que regala a Fidel Castro. La otra, a Janeth Hernández, vicepresidenta del CNE, por sus grotescas declaraciones sobre la “multa” a Rafaél Ramírez.
Carta abierta a Hugo Chávez Frías
Sr. Presidente:
El propósito fundamental de esta carta es decirle que sus declaraciones recientes sobre Cuba y sobre la entrega de 93000 barriles diarios de petróleo venezolano que usted hace desde hace varios años al régimen dictatorial de Fidel Castro, representan traición a la patria. Paso a decirle por qué:
1. Su decisión de enviar petróleo venezolano a Fidel Castro, en los volúmenes y condiciones actuales, nunca fue consultada debidamente con el pueblo venezolano. Si lo hubiera sido el pueblo venezolano jamás hubiese accedido a ese regalo, sobretodo a la luz de nuestras inmensas necesidades.
El subsidio que usted graciosamente le concede a Fidel Castro se estima en dos mil doscientos millones de dólares al año y será similar en orden de magnitud, una vez expire el convenio, al monto actual de nuestras reservas financieras internacionales. Esta es una entrega de extraordinarias proporciones que ningún mandatario responsable y amante del bienestar de su pueblo hubiese llevado a cabo;
2. Dice usted que solo “los lacayos del imperio” y los “capitalistas” argumentan que este envío constituye un regalo. Esta afirmación retratata de cuerpo entero su soberbia, al calificar de lacayos a quienes puedan diferir de sus opiniones y decisiones, desde el Congreso del Brasil hasta el Cardenal de Honduras, pasando por la disidencia ciudadana venezolana.
A sus ojos seré un lacayo del imperio, porque afirmo que lo que usted hace constituye un regalo indebido, el cuál se hace a expensas de las necesidades de nuestro pueblo.
No solo me refiero a las condiciones formales de pago, a los bajísimos intereses, al período de gracia y al pago parcial en servicios de dudosa calidad e imposibles de ser debidamente cuantificados, sino también a la negligencia mostrada por su régimen para cobrar las exiguas facturas al régimen cubano y la nula transparencia existente en torno a la situación de la deuda que el régimen cubano mantiene con el suyo;
3. El petróleo, debe usted saber, es un recurso no renovable. Fue formado por la naturaleza hace millones de años, cuando aún la revolución que usted preside no soñaba con hacer acto de presencia.
Su regalo y su intercambio por bananas, caraotas negras, guardaespaldas, entrenadores y personal médico y paramédico involucrado en programas asistenciales de naturaleza temporal y no, como deberían ser, de erradicación de la pobreza, constituye una irresponsable sub-valoración del recurso petrolero. En nombre de mis compatriotas protesto vigorosamente ante usted por esta acción que daña profundamente el patrimonio nacional;
4. Argumenta usted que el petróleo que se le envia a Cuba en calidad de trueque y a través de mecanismos de asistencia imposibles de cuantificar debidamente es “muy modesto” en relación con el petróleo que se le ha enviado por 100 años a los Estados Unidos, muchas veces “regalado”.
En este sentido debo decirle que el petróleo que Venezuela ha enviado al mundo entero, principalmente a los Estados Unidos, siempre ha sido, hasta hoy, contra pago de dinero, un dinero que ha sido en ocasiones cuantioso, como lo es en este preciso momento, pero tradicionalmente mal utilizado por el sector gubernamental. Eso no es culpa del petróleo sino de los gobernantes mediocres e irresponsables, entre quienes usted figura en lugar preponderante.
Si no me equivoco, ningun gobierno anterior venezolano ha hecho lo que usted si ha hecho: subsidiar a los “pobres”de Estados Unidos, a un costo que ya excede los $100 millones de dólares, dinero que sale de los bolsillos de todos los venezolanos y decisión que también constituye un acto de abuso de poder rayano en la traición;
5. Asevera usted que “Cuba paga ese petróleo con creces”. Decir esto demuestra una doble irresponsabilidad: primero, valida usted el tipo de pago irregular y deficitario que hace el régimen cubano por la entrega que usted hace de nuestro petróleo, y, segundo,abre usted la puerta a nueva facturación cubana por sus servicios, al sugerir que ya Cuba paga “con creces”.
Al decir esto usted trabaja en contra de los intereses de la nación venezolana, la cuál es mucho más importante que su régimen. Esa actitud suya tiene su nombre.
Finalmente dice usted que “hoy en día venezolanos y cubanos somos la misma nación”. Yo protesto contra esta afirmación suya. Nosotros los venezolanos somos seres libres, no somos esclavos. No podemos ni deseamos formar parte de una sola nación bajo las pezuñas de un dictador sangriento como Fidel Castro, quien lo ha reclutado a usted, en cuerpo y alma, para ponerlo al servicio de sus agonizantes designios.
Una cosa es estar hermanados con los pueblos de América Latina, concepto que yo suscribiría con entusiasmo, y otra cosa es convertirnos en bueyes uncidos a la misma carreta del despotismo que se tambalea hoy en Cuba.
Evidentemente usted habla de lo último. Y esto es algo contra lo cuál yo, a título personal, como ciudadano venezolano libre, lucharé en cualquier terreno.
La carta a Janeth Hernández es la siguiente:
Para la Señora Doña misia Janeth, del CNE
Señora Doña misia Janeth:
Con asombro primero y con indignación después fui leyendo sus declaraciones a Eugenio Martínez en El Universal, del 2 de agosto pasado, las cuáles aparecen bajo el título: “Vicepresidenta del CNE rechaza sanción a Ramírez”, acompañadas del pornográfico subtítulo: “Hernández asegura que el delito fue cometido por quien grabó el video”.
En primer lugar, Señora Doña, etc, , y antes de que se me olvide, déjeme decirle que sus declaraciones son inmorales y rastreras. Solo han sido superadas en desverguenza por las declaraciones de Hugo Chávez pidiendo que lo multen a él también, pidiendo que haya una colecta pública para pagar la multa de Ramírez y reiterando el carácter “rojo rojito” de la prostituida e infeliz empresa Petróleos de Venezuela.
Le reconozco coraje, señora Doña, para hablar de manera tan impúdica ante el país. Ello sugiere que usted : (1), es una persona a quien la opinión de sus compatriotas le tiene sin cuidado siempre y cuando sigan entrando los churupos o (2), cree, sinceramente, que la multa aplicada al futuro invasor y libertador de Bolivia no es procedente.
Veamos brevemente ambas hipótesis.
Si usted, señora Doña, lo hace por simple sinverguenzura, debo decirle que está en abundante compañía. Son legión los corruptos, genuflexos, invertebrados, aduladores, arrastrados, oportunistas y parásitos que acompañan a la revolución. Una más parecería no importar mucho. Hy una diferencia, sin embargo.
La mayoría de la fauna mencionada trabaja directamente para el régimen, está comprada por el régimen para actuar así. Usted es funcionaria de un organismo que, según la vapuleada y moribunda constitución de 1999, debería ser independiente, apolítico, imparcial y, sobretodo, íntegro y honesto en su actuación.
No se esperaría que la vicepresidenta de este organismo se presentara ante el país, con su cara muy lavada, a decir que el único culpable en este caso es el maluco ese que grabó el discurso procaz.
Lo más criticable de su actuación es que, como abadesa, no debería hacer el papel de madama de burdel. Eso es lo más criticable, señora Doña, que los designados para defender la honestidad sean, precisamente, los encargados de pasársela por el paltó.
Ahora bien, si usted lo hace porque lo cree así sinceramente, debo decirle que sus argumentos son grotescos y serían mas que suficiente causa para despedirla en el acto, si estuviéramos en un país civilizado. Dice usted que “las actuaciones del Ministro Ramírez se encuentran enmarcadas dentro de la ley”.
De cuál ley, señora Doña? Hay una constitución vigente que pone estas actuaciones del ministro totalmente fuera de la ley suprema del país. Según esta constitución que usted no parece haber leído jamás las instituciones del Estado y los funcionarios del Estado no pueden hacer proselitismo político en el ejercicio de sus funciones.
Y si el libertador futuro de Bolivia no estaba en ejercicio de sus funciones, entonces que estaba haciendo? Tenía su casaca roja puesta, estaba hablándole a sus esclavos, en el cloacal lenguaje oficial, con carajazos y todo. Díga usted, señora Doña, a quien le hablaba este personaje funesto cuando decía lo que decía, si no era a venezolanos bajo su influencia como empleador.
Dice usted que no se llevaba a cabo proselitismo político “porque Ramírez no estaba hablando en público sino dentro de las instalaciones de una empresa del Estado”.
Encuentro este argumento cínico y rebosante de ignorancia. No le parece a usted que hacer proselitismo político puede ser efectuado tanto en público como en privado? No le parece a usted que es mucho más criticable hacer proselitismo político “dentro de los locales de una empresa del estado” que afuera? No puede ser aceptable su creativa idea de que el proselitismo político solo es posible en público.
Usted escuchó las palabras que pronunció Ramírez? Eran o no eran una órden perentoria para votar por el presidente Chávez o ser sacados de la empresa a carajazos? No sea usted mediocre, señora Doña.
Finalmente, dice el informe de prensa, usted estima que el llamado de Ramírez constituye “lineamientos trazados por la máxima autoridad de dicha empresa para su personal de confianza, todo de acuerdo con las nuevas políticas a seguir para el óptimo funcionamiento de la misma….” Esto si el colmo! Nunca había visto desfachatez semejante a la suya.
Desconoce usted los principios éticos más elementales que deben regir el funcionamiento de una empresa, ya sea publica o pivada, pero especialmente la pública, esa que debe pertenecer a todos los venezolanos y no a una pandilla.
La extorsión implícita en las palabras de Ramírez, señora Doña, no puede ser jamás interpretada como “lineamientos gerenciales”, a menos que estemos hablando de la pandilla de Al Capone o de Alí Babá y sus cuarentas ladrones.
Ni el más mediocre de los colaboradores de Chávez, ni Lara, ni Maduro, ni siquiera Rodrigo Cabezas, se había atrevido a convertir la extorsión y el abuso de poder en “lineamientos de política empresarial”. Esto va directo para el libro de Guiness, mi apreciada señora Doña.
Y remató usted la faenita diciendo que el único delincuente era “quien había grabado” el ignominioso discurso. Señora Doña, no se adonde se irá usted a esconder cuando estos bandidos salga del poder. Podía usted haberse quedado callada, ya que esta multa no será pagada por el libertador futuro de Bolivia.
Se imagina usted a Ramírez metiéndose la mano en el bolsillo para pagar por algo que su jefe máximo (y único) ha dicho que estuvo requetebién hecho? No sea usted tan….. chavista. Todo esto es teatro y usted se apropió del papel principal en esta farsa.
En un gobierno decente lo único que cabía era botar a Ramírez. No imponerle una multa simbólica y sin bólica, la cuál constituye una nueva afrenta para los venezolanos dignos. Su declaración infeliz figura ya en lugar prominente en la antología de la adulación venezolana, junto a las actuaciones de Cilia Flores y de Alfredo Toro Hardy.
Cierro con esta inmortal estrofa de Delpino y Lamas, el adulador estrella de Guzmán Blanco y fuente de inspiración para esta nueva generación de lambebotas:
Pájaro que vas volando
Sentado en tu rama verde
Llegó cazador, matóte.
Más te valiera estar duerme.
Propongo una “hernandiada” para homenajear a la señora Doña misia Janeth, así como en su momento el humor popular venezolano llevó a cabo la gran “delpiniada”.
Noticiero Digital
Una carta a Chávez y otra a Janeth
El régimen ha llegado a límites intolerables de desfachatez. Los venezolanos no podemos mantenernos en silencio frente a la provocación constnte de estos malos dueños del poder. Hoy incluyo dos cartas abiertas: una a Hugo Chávez, acerca de sus declaraciones sobre Cuba y sobre el petróleo que regala a Fidel Castro. La otra, a Janeth Hernández, vicepresidenta del CNE, por sus grotescas declaraciones sobre la “multa” a Rafaél Ramírez.
Carta abierta a Hugo Chávez Frías
Sr. Presidente:
El propósito fundamental de esta carta es decirle que sus declaraciones recientes sobre Cuba y sobre la entrega de 93000 barriles diarios de petróleo venezolano que usted hace desde hace varios años al régimen dictatorial de Fidel Castro, representan traición a la patria. Paso a decirle por qué:
1. Su decisión de enviar petróleo venezolano a Fidel Castro, en los volúmenes y condiciones actuales, nunca fue consultada debidamente con el pueblo venezolano. Si lo hubiera sido el pueblo venezolano jamás hubiese accedido a ese regalo, sobretodo a la luz de nuestras inmensas necesidades.
El subsidio que usted graciosamente le concede a Fidel Castro se estima en dos mil doscientos millones de dólares al año y será similar en orden de magnitud, una vez expire el convenio, al monto actual de nuestras reservas financieras internacionales. Esta es una entrega de extraordinarias proporciones que ningún mandatario responsable y amante del bienestar de su pueblo hubiese llevado a cabo;
2. Dice usted que solo “los lacayos del imperio” y los “capitalistas” argumentan que este envío constituye un regalo. Esta afirmación retratata de cuerpo entero su soberbia, al calificar de lacayos a quienes puedan diferir de sus opiniones y decisiones, desde el Congreso del Brasil hasta el Cardenal de Honduras, pasando por la disidencia ciudadana venezolana.
A sus ojos seré un lacayo del imperio, porque afirmo que lo que usted hace constituye un regalo indebido, el cuál se hace a expensas de las necesidades de nuestro pueblo.
No solo me refiero a las condiciones formales de pago, a los bajísimos intereses, al período de gracia y al pago parcial en servicios de dudosa calidad e imposibles de ser debidamente cuantificados, sino también a la negligencia mostrada por su régimen para cobrar las exiguas facturas al régimen cubano y la nula transparencia existente en torno a la situación de la deuda que el régimen cubano mantiene con el suyo;
3. El petróleo, debe usted saber, es un recurso no renovable. Fue formado por la naturaleza hace millones de años, cuando aún la revolución que usted preside no soñaba con hacer acto de presencia.
Su regalo y su intercambio por bananas, caraotas negras, guardaespaldas, entrenadores y personal médico y paramédico involucrado en programas asistenciales de naturaleza temporal y no, como deberían ser, de erradicación de la pobreza, constituye una irresponsable sub-valoración del recurso petrolero. En nombre de mis compatriotas protesto vigorosamente ante usted por esta acción que daña profundamente el patrimonio nacional;
4. Argumenta usted que el petróleo que se le envia a Cuba en calidad de trueque y a través de mecanismos de asistencia imposibles de cuantificar debidamente es “muy modesto” en relación con el petróleo que se le ha enviado por 100 años a los Estados Unidos, muchas veces “regalado”.
En este sentido debo decirle que el petróleo que Venezuela ha enviado al mundo entero, principalmente a los Estados Unidos, siempre ha sido, hasta hoy, contra pago de dinero, un dinero que ha sido en ocasiones cuantioso, como lo es en este preciso momento, pero tradicionalmente mal utilizado por el sector gubernamental. Eso no es culpa del petróleo sino de los gobernantes mediocres e irresponsables, entre quienes usted figura en lugar preponderante.
Si no me equivoco, ningun gobierno anterior venezolano ha hecho lo que usted si ha hecho: subsidiar a los “pobres”de Estados Unidos, a un costo que ya excede los $100 millones de dólares, dinero que sale de los bolsillos de todos los venezolanos y decisión que también constituye un acto de abuso de poder rayano en la traición;
5. Asevera usted que “Cuba paga ese petróleo con creces”. Decir esto demuestra una doble irresponsabilidad: primero, valida usted el tipo de pago irregular y deficitario que hace el régimen cubano por la entrega que usted hace de nuestro petróleo, y, segundo,abre usted la puerta a nueva facturación cubana por sus servicios, al sugerir que ya Cuba paga “con creces”.
Al decir esto usted trabaja en contra de los intereses de la nación venezolana, la cuál es mucho más importante que su régimen. Esa actitud suya tiene su nombre.
Finalmente dice usted que “hoy en día venezolanos y cubanos somos la misma nación”. Yo protesto contra esta afirmación suya. Nosotros los venezolanos somos seres libres, no somos esclavos. No podemos ni deseamos formar parte de una sola nación bajo las pezuñas de un dictador sangriento como Fidel Castro, quien lo ha reclutado a usted, en cuerpo y alma, para ponerlo al servicio de sus agonizantes designios.
Una cosa es estar hermanados con los pueblos de América Latina, concepto que yo suscribiría con entusiasmo, y otra cosa es convertirnos en bueyes uncidos a la misma carreta del despotismo que se tambalea hoy en Cuba.
Evidentemente usted habla de lo último. Y esto es algo contra lo cuál yo, a título personal, como ciudadano venezolano libre, lucharé en cualquier terreno.
La carta a Janeth Hernández es la siguiente:
Para la Señora Doña misia Janeth, del CNE
Señora Doña misia Janeth:
Con asombro primero y con indignación después fui leyendo sus declaraciones a Eugenio Martínez en El Universal, del 2 de agosto pasado, las cuáles aparecen bajo el título: “Vicepresidenta del CNE rechaza sanción a Ramírez”, acompañadas del pornográfico subtítulo: “Hernández asegura que el delito fue cometido por quien grabó el video”.
En primer lugar, Señora Doña, etc, , y antes de que se me olvide, déjeme decirle que sus declaraciones son inmorales y rastreras. Solo han sido superadas en desverguenza por las declaraciones de Hugo Chávez pidiendo que lo multen a él también, pidiendo que haya una colecta pública para pagar la multa de Ramírez y reiterando el carácter “rojo rojito” de la prostituida e infeliz empresa Petróleos de Venezuela.
Le reconozco coraje, señora Doña, para hablar de manera tan impúdica ante el país. Ello sugiere que usted : (1), es una persona a quien la opinión de sus compatriotas le tiene sin cuidado siempre y cuando sigan entrando los churupos o (2), cree, sinceramente, que la multa aplicada al futuro invasor y libertador de Bolivia no es procedente.
Veamos brevemente ambas hipótesis.
Si usted, señora Doña, lo hace por simple sinverguenzura, debo decirle que está en abundante compañía. Son legión los corruptos, genuflexos, invertebrados, aduladores, arrastrados, oportunistas y parásitos que acompañan a la revolución. Una más parecería no importar mucho. Hy una diferencia, sin embargo.
La mayoría de la fauna mencionada trabaja directamente para el régimen, está comprada por el régimen para actuar así. Usted es funcionaria de un organismo que, según la vapuleada y moribunda constitución de 1999, debería ser independiente, apolítico, imparcial y, sobretodo, íntegro y honesto en su actuación.
No se esperaría que la vicepresidenta de este organismo se presentara ante el país, con su cara muy lavada, a decir que el único culpable en este caso es el maluco ese que grabó el discurso procaz.
Lo más criticable de su actuación es que, como abadesa, no debería hacer el papel de madama de burdel. Eso es lo más criticable, señora Doña, que los designados para defender la honestidad sean, precisamente, los encargados de pasársela por el paltó.
Ahora bien, si usted lo hace porque lo cree así sinceramente, debo decirle que sus argumentos son grotescos y serían mas que suficiente causa para despedirla en el acto, si estuviéramos en un país civilizado. Dice usted que “las actuaciones del Ministro Ramírez se encuentran enmarcadas dentro de la ley”.
De cuál ley, señora Doña? Hay una constitución vigente que pone estas actuaciones del ministro totalmente fuera de la ley suprema del país. Según esta constitución que usted no parece haber leído jamás las instituciones del Estado y los funcionarios del Estado no pueden hacer proselitismo político en el ejercicio de sus funciones.
Y si el libertador futuro de Bolivia no estaba en ejercicio de sus funciones, entonces que estaba haciendo? Tenía su casaca roja puesta, estaba hablándole a sus esclavos, en el cloacal lenguaje oficial, con carajazos y todo. Díga usted, señora Doña, a quien le hablaba este personaje funesto cuando decía lo que decía, si no era a venezolanos bajo su influencia como empleador.
Dice usted que no se llevaba a cabo proselitismo político “porque Ramírez no estaba hablando en público sino dentro de las instalaciones de una empresa del Estado”.
Encuentro este argumento cínico y rebosante de ignorancia. No le parece a usted que hacer proselitismo político puede ser efectuado tanto en público como en privado? No le parece a usted que es mucho más criticable hacer proselitismo político “dentro de los locales de una empresa del estado” que afuera? No puede ser aceptable su creativa idea de que el proselitismo político solo es posible en público.
Usted escuchó las palabras que pronunció Ramírez? Eran o no eran una órden perentoria para votar por el presidente Chávez o ser sacados de la empresa a carajazos? No sea usted mediocre, señora Doña.
Finalmente, dice el informe de prensa, usted estima que el llamado de Ramírez constituye “lineamientos trazados por la máxima autoridad de dicha empresa para su personal de confianza, todo de acuerdo con las nuevas políticas a seguir para el óptimo funcionamiento de la misma….” Esto si el colmo! Nunca había visto desfachatez semejante a la suya.
Desconoce usted los principios éticos más elementales que deben regir el funcionamiento de una empresa, ya sea publica o pivada, pero especialmente la pública, esa que debe pertenecer a todos los venezolanos y no a una pandilla.
La extorsión implícita en las palabras de Ramírez, señora Doña, no puede ser jamás interpretada como “lineamientos gerenciales”, a menos que estemos hablando de la pandilla de Al Capone o de Alí Babá y sus cuarentas ladrones.
Ni el más mediocre de los colaboradores de Chávez, ni Lara, ni Maduro, ni siquiera Rodrigo Cabezas, se había atrevido a convertir la extorsión y el abuso de poder en “lineamientos de política empresarial”. Esto va directo para el libro de Guiness, mi apreciada señora Doña.
Y remató usted la faenita diciendo que el único delincuente era “quien había grabado” el ignominioso discurso. Señora Doña, no se adonde se irá usted a esconder cuando estos bandidos salga del poder. Podía usted haberse quedado callada, ya que esta multa no será pagada por el libertador futuro de Bolivia.
Se imagina usted a Ramírez metiéndose la mano en el bolsillo para pagar por algo que su jefe máximo (y único) ha dicho que estuvo requetebién hecho? No sea usted tan….. chavista. Todo esto es teatro y usted se apropió del papel principal en esta farsa.
En un gobierno decente lo único que cabía era botar a Ramírez. No imponerle una multa simbólica y sin bólica, la cuál constituye una nueva afrenta para los venezolanos dignos. Su declaración infeliz figura ya en lugar prominente en la antología de la adulación venezolana, junto a las actuaciones de Cilia Flores y de Alfredo Toro Hardy.
Cierro con esta inmortal estrofa de Delpino y Lamas, el adulador estrella de Guzmán Blanco y fuente de inspiración para esta nueva generación de lambebotas:
Pájaro que vas volando
Sentado en tu rama verde
Llegó cazador, matóte.
Más te valiera estar duerme.
Propongo una “hernandiada” para homenajear a la señora Doña misia Janeth, así como en su momento el humor popular venezolano llevó a cabo la gran “delpiniada”.
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