Cosas de Guido
Mariahé Pabón
"Yo soy un soldado, cumplo instrucciones, pueden quedarse con el dinero". Guido Alejandro Antonini, Aeropuerto de Buenos Aires.
Entre el paraíso y el infierno
Mientras el Presidente parloteaba en la Asamblea Nacional, en Perú un tremendo sismo afectaba dicha nación sin que la red de emisoras pudiera transmitirlo, porque había cadena. Las calles de Caracas sembradas de automóviles, autobuses, moto taxis parecía un estacionamiento. Nada se movía y había que ver las caras de la gente, de pie, que apenas se podía mover dentro de los destartalados autobuses. Caos completo. La ciudad paralizada mostró una vez más el desborde del parque automotor y las pocas vías alternas para salir de ese diario infierno en el que nos movilizamos los caraqueños. Los oyentes convocados para hacer fin de fiesta al Jefe Supremo, huyeron despavoridos al percatarse de que la noche estaba llegando y no había señales de humo que anunciaran el término de la perorata, así que comieron cachitos, bebieron y tomaron las de Villadiego.
Todo ese pueblo que quiere a su líder y que sigue asegurando que él no sabe nada, no conoce nada, no se entera de los desmanes, sigue esperando la casita prometida, la mejora para su barrio, el puesto de trabajo, la seguridad para que no maten a sus hijos, hermanos, padres y amigos.
A lo mejor, desde las afueras de la Asamblea Nacional, no se enteraron de que al aprobarse ciertos articulados de la Reforma Constitucional, los uniformados serán amuñuñados en una sola fuerza y quizá todos deban llevar igual vestimenta, roja rojita, que sería lo ideal. El ejército rojo, como el de Mao, así que ¿un General de alto vuelo, estará al mismo nivel de un brigadista de la V República o un reservista de fusil ruso? Pura democracia bolivariana, sin meritocracia, todos en un costal.
Hay articulados bonitísimos, pero difíciles de cumplir, como los de oportunidad de trabajo para todos, como el horario de labor de seis horas, como la protección social a hombres y a mujeres del país bolivariano y parece una locura que "las reservas internacionales de la República serán manejadas por el Banco Central de Venezuela, bajo la administración y dirección del Presidente o Presidenta de la República, como administrador o administradora de la Hacienda Pública Nacional". Eso no se oye bien y uno siente como desconfianza por aquello de los regalos, el despilfarro y el manirrotismo a que nos tiene acostumbrados nuestro Supremo Don Regalón.
Otros apartados
*"Las unidades y cuerpos de la reserva militar, se transformarán en unidades de la milicia popular".
A correr se dijo.
*La ciudad de Caracas que será bautizada como "La Cuna de Bolívar y Reina del Guaraira Repano", se convertirá en una tacita de plata, gracias a una migración de suizos, bogotanos y vieneses que convertirán a la capital del desorden público en centros de bienestar común como Ginebra, Bogotá y Viena. Eso me parece genial.
*"El período presidencial es de siete años. El Presidente o Presidenta de la República puede ser reelegido o reelegida de inmediato para un nuevo período". Absolutamente democrático, ya que si lo hacen en Francia, ¿por qué no en Venezuela? Lo malo es que si el que está ahora atornillado en la silla presidencial es un hombre, seguirá siendo el mismo hombre, porque se reelegirá automáticamente, así que olvídense Cilia y Desireé.
Entre garrapatas y cervicales
En el informe sobre la salud de Bush, obligatorio por ley, se anota una picadura de garrapata por la que contrajo la enfermedad de Lyme, que puede provocar meningitis, artritis, pérdida de memoria o la parálisis de los músculos de la cara, además de otros trastornos, pero como mala hierba nunca muere y al presidente se le trató a tiempo, pues ahí está vivito.
Dice el informe público que Bush también sufrió sinusitis, otitis y episodios de vértigo provocados por una infección viral durante el año pasado, aunque ningún problema fue de gravedad, tal como reza el informe del reconocimiento médico. Bush, de 61 años, ha engordado casi dos kilos desde el año pasado pese a que asegura hacer ejercicio varias veces a la semana.
¿ Y a qué viene este chisme llegado del Imperio?
Viene a que no sólo en "Las verdades de Miguel" sino en otras columnas aparecidas en periódicos del interior, la salud del presidente Chávez puede causarle en el futuro serios trastornos si no se enfrenta a una intervención en las cervicales que podría mantenerlo en reposo por un tiempo más o menos largo. Se habla igualmente de una lesión renal y molestia de terigios en sus ojos, pero como todo aquello que rodea su vida pública y privada es un misterio, debiera existir una cláusula en las reformas constitucionales en donde se estableciera la obligación de informar a los ciudadanos todos, de la salud del Presidente de la República y esperamos, sí, que no lo pique una garrapata.
Y así como necesitamos conocer los secretos de la columna vertebral del Presidente, también quisiéramos saber cómo va lo del maletín y si es cierto todo lo que denuncia el periodista Leocenis García con pruebas en la mano.
¿Es un informante pagado por la CIA, al igual que el Padre Palmar o es en realidad un hombre que arriesga su pellejo para que sepamos la verdad oculta de la niña mimada de Rafael?
mariahep@yahoo.com
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