Bicha gestante
Ruth Capriles
El cálculo de que nuestro voto influya en los resultados es negativo
Yo propongo a la oposición democrática olvidarse de la gesta y parto de una "bicha" totalitaria. No hay nada que discutir. Es infamante para el corazón de los demócratas.
Total ¿pa' qué preocuparse? El engendro ha sido concebido, cocinado, sancionado e incluso publicado por una sola mano y voluntad. Algunos leguleyos, ahítos de vanidad, poder y riqueza, creen tener mérito; que aportaron ideas e inspiración al "proceso de la revolución." Pero es la misma voz, el mismo mensaje de un proyecto antidemocrático y quienes lo defienden son avaros de poder. Sólo el poder los convence.
En el siglo XIX muchos gobernantes pretendieron hacer igual: reformar la Constitución para quedarse en el poder. Todos fueron sacados por la fuerza. Tal parece que entonces los venezolanos libertarios tenían más valentía que razones democráticas.
El problema es que nosotros sí tenemos cultura democrática y la única forma que conocemos para oponernos a la supresión de nuestras libertades es el voto. Pero votar es una escogencia y no votar otra. Ambas pertinentes a la libertad del voto.
Votar es legitimar el engendro y los demócratas no podemos tener parte en tamaña conspiración contra el pueblo. La única opción es no ir a votar.
Quienes llaman a votar olvidan el consejo dado a "El Principito": No des órdenes que sabes no se pueden cumplir.
El cálculo de la confianza y la expectativa ciudadana de que nuestro voto influya en los resultados es negativo. Las cifras de la abstención esperada obligan a tenerlas en cuenta; son cifras duras que sólo pueden crecer el día referendario. Hagamos como los adecos: Sigamos a la mayoría. De la "bicha" que se ocupe quien la engendró y santificó. Es toda suya. Tenemos nuestras propias creaciones por hacer, nuestros propios sueños de país.
Por eso propongo a los demócratas olvidarse de la Nueva Bicha y dedicarse a crear el país que tendremos cuando las contradicciones estructurales del materialismo histórico desmoronen, por enésima vez, la entelequia de poder.
ruthcapriles@yahoo.com
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