Inseguridad adelanta su horario, por la improvisación chavista

BEATRIZ CRUZ SALAZAR. EL UNIVERSAL
La media hora que acostumbra esperar María Adelina Pérez en la parada de la ruta troncal que la lleva hasta Manicomio se ha vuelto más tensa desde hace un poco más de una semana. Y es que ella, acostumbrada a salir de su trabajo con los últimos rayos del sol, ahora tiene que enfrentarse a la plena oscuridad.
Desde el pasado 9 de diciembre, cuando los relojes de los venezolanos se tuvieron que retrasar media hora, la noche empezó a llegar adelantada y acompañada del miedo a la inseguridad. Ahora, salir a las 6:00 de la tarde -al menos en Caracas- significa salir de noche.
Para los residentes de sectores populares, donde la noche llama a los delincuentes a cometer actos vandálicos, el riesgo a ser asaltados se incrementa, ya que se ven obligados a transitar por calles oscuras, sin oportunidad de salir más temprano de sus trabajos.
Gerardo Mora, habitante de Lídice, asegura que desde que se efectuó el cambio del huso horario "es más peligroso regresar que salir". Comenta que para los que estudian en la mañana el cambio resultó beneficioso; sin embargo, apunta que aquellos que asisten a clases en la tarde ahora salen con el cielo oscuro.
"Yo salgo a la misma hora de siempre y no tengo manera de adelantar el trabajo porque tengo que cumplir un horario, así que ahora llego a la parada de noche", agrega Mora.
A juicio de María Contreras, de 70 años de edad, el ajuste tampoco resulta positivo. "Uno estaba acostumbrado a salir con sol a las 6:00 pm y ahora no es así. El solo hecho de estar parada esperando un autobús con esta oscuridad me asusta", afirmó esta vecina de 23 de Enero, mientras aguardaba por un taxi en la avenida Urdaneta a las 5:50 de la tarde, cuando el sol ya estaba oculto.
Asimismo, hay quienes confían en que esta situación será sólo por algunos meses, ya que en otras épocas del año los días son más largos. Así opina Alfredo Vargas, para quien el cambio del huso se realizó en una época donde es más evidente que la noche llega antes.
Entre los comerciantes formales no es una solución ajustar los horarios. Pero para algunos buhoneros, cuyo lugar de trabajo es la calle y la única fuente de luz es el Sol, la jornada de ventas se ha tenido que reducir.
Sisnalde Chaurán tiene 7 años vendiendo verduras y hortalizas en la avenida Sucre de Catia. Esta residente de Casalta III sale todos los días de su casa a las 6:00 de la mañana y ahora tiene que volver un poco más temprano, pues oscurece antes.
"Esta zona es candela, así que prefiero recogerme un poco antes. Yo no le veo mucho sentido al cambio de horario, porque el que se paraba a las 4:00 de la mañana está acostumbrado a madrugar y en nada le ayuda retrasar el reloj", afirma esta vendedora informal.
Entre los conductores también se ha sentido el incremento del riesgo. Desde el punto de vista de Harold Arrioja, quien trabaja en la línea que cubre Catia y Plan de Manzano, ahora "los ladrones empiezan a trabajar desde más temprano". Recuerda que el fin de semana pasado uno de sus compañeros fue asaltado a las 6:00 de la tarde, una hora que hasta entonces consideraban de escaso o limitado riesgo.
"El cambio puede ser positivo en las mañanas, pero en las tardes es mucho peor. Pero a la final uno tiene que salir a trabajar y terminar su jornada a la misma hora", dice este joven conductor.
Por su parte, David Mora, conductor de la Cooperativa Tigre de Plan de Manzano, señala que la inseguridad no depende de la luz, así que seguirá siendo la misma. "Mientras no haya policías aquí nos pueden venir a asaltar a cualquier hora y nadie se da cuenta. Lo que tienen que hacer es mejorar la presencia de funcionarios en la calle", exige.
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