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jueves, 29 de noviembre de 2007

Derrota y desesperación......La patada justa

Editorial El Nacional
Ayer, en un intento desesperado por cambiar el curso de las encuestas que declaran, por un significativo margen, el triunfo de No, el mandatario nacional volvió a arremeter contra el presidente Álvaro Uribe, de Colombia, y lo calificó de nuevo como un dirigente "mentiroso e indigno de su país", y le reclamó su "falta de coraje".
Tales términos en boca de un jefe de Estado sólo demuestran un profundo desprecio por el hermano pueblo de Colombia, que en nada le puede gustar que insulten a quien perciben como un líder muy querido y apreciado. No olvidemos que Uribe es, además, uno de los gobernantes mejor calificados entre los latinoamericanos, muy lejos de Bush, Chávez y Fidel Castro, que ocupan los niveles inferiores. Estos son un trío de autoritarios irredentos que han hundido a sus pueblos en la tragedia y la desgracia.
Pero el presidente Chávez, enceguecido por su próxima derrota este 2 de diciembre y por la herida narcisista que esto significa para su imagen de "héroe vencedor jamás vencido", no le queda otro camino que manipular descaradamente a la opinión pública de los dos países para que se rompan los lazos de amistad. Se equivoca el señor Chávez: los venezolanos y los colombianos ya no somos objetos fáciles de la demagogia de un militar tirano, y los profundos lazos familiares, comerciales y culturales con Colombia nadie los va a echar a pique. Sólo alguien deschavetado puede no darse cuenta de la integración que minuto a minuto existe entre las dos naciones.
Es más fácil ir a Bogotá (porque hay más vuelos diarios) que a alguna de las capitales de provincia en Venezuela. Pero es más: por rechazo a esta manipulación chavista se van a fortalecer al infinito los intercambios, los encuentros binacionales, se unirán los proyectos largamente meditados y se consolidará la amistad en términos jamás imaginados. Esto sí se llama integración, y no esa estratagema política del chavismo por legalizar a los narcoguerrilleros que secuestran a venezolanos y chantajean con el dolor y el pago de dinero a sus familiares. Son hampones pero igual se les recibe en Miraflores.
El presidente Chávez se queja de que Uribe no lo haya consultado para poner fin a la mediación: "Ni una llamada telefónica, ni un emisario ni nada. (...) Mandó un comunicado diciendo que ya se terminaba la mediación". Pero miren ustedes quién habla...
la misma persona que al llegar a Chile le dio un palo a la lámpara diciendo que el tema de la cumbre, es decir, la cohesión social, era una engañifa preparada por la presidenta Bachelet. ¿Por qué no fue digno y sincero y le dijo a esa señora tan amable que él no estaba de acuerdo con el tema propuesto? Ahora nuestro Presidente lloriquea y dice que Álvaro Uribe "le dio una patada". Es como si un boxeador que se monta en un ring se quejara de que le propinaron un golpe, y acusara al contrario de ser un hombre violento. En verdad, le espera otra patada: la del domingo 2 de diciembre. Y está avisado porque tiene en sus manos las encuestas.

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