"Lo vendo todo porque me voy del país"
PAULIMAR RODRÍGUEZ. EL UNIVERSAL
"Te vas del país. Sysy vende rápidamente todos los muebles existentes dentro de tu casa". No es fácil tomar la decisión de partir. Menos sencillo es intentar vender los muebles de la casa que tienen alto valor sentimental. Sin embargo, hay personas que colocan avisos en la prensa para promocionar lo que mejor saben hacer: consiguen compradores y organizan la venta de muebles, ropa, lámparas y cristalería de las personas que toman la decisión de emigrar.
Desde hace más de tres años Caracas pasó de ser una ciudad receptora de inmigrantes a una generadora de emigrantes. El fenómeno se ha profundizado en la medida que lo ha hecho el aumento de la inseguridad y la inestabilidad política. También, ha crecido el mercado de los organizadores de remates de inmobiliario usado. Las ventas pueden ser privadas o promocionadas a través de la prensa. Todo, dependiendo de las especificaciones del cliente.
"Hay terrorismo de palabra"
Cuando Julia era pequeña su familia no tenía dinero para comprarle estrenos en diciembre. Por eso, ella pedía ropa en las quintas del este de Caracas y las llevaba a su casa en una bolsa. Uno de esos diciembres los atuendos recolectados superaron la cantidad esperada por Julia, y la bolsa llena de ropa no aguantó el viaje hasta su casa. En Petare se rompió. Todo cayó al piso. "La gente pensó que yo era buhonera y me preguntó cuánto costaban el cinturón, el suéter, la falda. En ese momento se me abrieron los sentidos y vendí todo. Después, llevé el dinero a casa porque mi mamá estaba enferma. Desde ese día no me he alejado de las ventas", afirmó Julia, quien se convirtió en evaluadora después de estudiar con damas de la alta sociedad que le enseñaron a distinguir cuáles eran los mejores cristales, vajillas y muebles.
Desde hace 10 años Julia organiza ventas de muebles y cobra 20% de la venta total al dueño de la mercancía. Sus anuncios están en los diarios caraqueños. A través del sonido que emite una copa de cristal distingue el cristal de Bohemia. También sabe de arte y de muebles art decó. "La mayoría de las personas que están vendiendo sus cosas son los extranjeros que migraron a Caracas y ahora aspiran a volver a su país de origen. No están contentos con la situación de Venezuela. Aquí hay un terrorismo de palabra. La gente está nerviosa por los comentarios que se hacen de la propiedad privada", explica Julia, quien tiene 600 posibles compradores en su libreta y realiza más de dos ventas por semana.
"Recibí una invitación por Internet para un remate de muebles. Allí vi dos sofás -uno de tres puestos y otro de dos puestos- que me gustaron. Fuimos a la casa en donde estaba la venta y el dueño, además de darnos los sofás por 600 mil bolívares, nos regaló una caja de copas de cristal y un espejo. Estaban desesperados por dejar todo antes de irse del país", comentó María Valentina, quien amuebla su casa antes de casarse.
Albita, Albita, Albita
Es una dama de sociedad. Criada entre lujos. Así aprendió a distinguir entre materiales de alta calidad e imitaciones. Sabe el valor de un cuadro de Manaure, cuál es la verdadera vajilla inglesa y cuánto cuesta una copa de cristal de Bohemia. Albita era una visitante asidua a los remates. Pero un día se quedó sin trabajo y decidió ponerse del otro lado. Comenzó a organizar las ventas a las personas que querían vender sus muebles. Eso sí, sólo en el este de Caracas. Su nombre publicitario es Albita, Albita, Albita, porque cree que el número impar trae mejor suerte. "Me llaman soberbia porque hago bien mi trabajo. Tengo 800 clientes fijos para llamar y organizar una venta. Los clasifico dependiendo de su interés, cristales, vajillas, obras de arte. Hago tres ventas privadas por semana y dos abiertas al público en general, porque hay que estar pendiente de los delincuentes. Este año las ventas han sido masivas. La gente no se va del país, huye".
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