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sábado, 13 de octubre de 2007

Condiciones rojas-rojitas para actuar en el Teresa Carreño


ALEJANDRO SANZ NO, SERRAT SÍ
Pedro Lastra
El maniqueismo del chavofascismo no tiene nombre: parodiando a las peores dictaduras del pasado, pero yendo mucho más lejos que Pérez Jiménez o Juan Vicente Gómez, ha invadido todos los terrenos de la vida pública: desde el deporte hasta la cultura y el espectáculo.

Quien quiera montarse en el escenario del Teresa Carreño, si tiene la fortuna de encontrar una fecha libre entre tanto acto de adoración político religiosa al caudillo, debe comprometerse por escrito a no expresar una sola palabra de crítica o reprobación al régimen o a las ideas del socialismo. De lo contrario, además de pagar una multa monumental, debe considerarse un paria para siempre.

De manera que usted, querido lector de la oposición, debe saber que quien ha sorteado todas las barreras y listas discriminatorias – como la del diputado Luis Tascón - para anunciarse en nuestro más importante escenario artístico ya se ha arrodillado ante el chavofascismo: llámese como se llame. Para qué hablar de los oportunistas de ocasión o los trovadores de la revolución. Ellos sí pueden decir cuánto se les ocurra: tienen el corazón rojo-rojito.

Fue al saber que existía esa cláusula que el cantautor español Juan Manuel Serrat hace algún tiempo se negó a presentarse en la sala Ríos Reyna. Conociéndolo, hasta creo que al empresario que lo trae ni siquiera se le ocurrió la idea de intentarlo. Por eso yo me pregunto: ¿aceptarán él y Joaquín Sabina presentarse en el Poliedro después de que le fuera negado a su compatriota, amigo y colega Alejandro Sanz por razones estrictamente políticas?

Quienes saben cómo se cuecen las habas de ese mundo entre canalla y facineroso que es el espectáculo y comprenden que un cantante no tiene por qué poner la moral por delante de sus intereses financieros – y cantantes de la talla de los mencionados no se bajan de honorarios escalofriantes – también saben que algunos de ellos se mantienen vigentes porque no sólo cantan por cantar. Sino, como diría la chilena Violeta Parra, porque cantan “la diferencia que hay de lo cierto a lo falso”.

Serrat y Sabina son de izquierda. Eso lo sabe todo el mundo y ellos no lo ocultan. Al contrario, es una de sus cartas de presentación. Pero como bien sabemos en Venezuela, hay una izquierda honorable y democrática y una izquierda fascista y corrupta. Un teniente coronel golpista que pertenece a esta última clasificación le ha negado el Poliedro “porque sí” a Alejandro Sanz. ¿No sería una vergüenza que Serrat y Sabina sí lo hicieran?

Sería interesante saberlo.

Yo canto la diferencia
que hay de lo cierto a lo falso.
De lo contrario, no canto.
Violeta Parra

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