Nos mudamos, ahora estamos en www.elpoderdelciudadano.blogspot.com

Haz click aca para ir a nuestra nueva casa:

http://elpoderdelciudadano.blogspot.com/

martes, 4 de septiembre de 2007

A los chavistas no les entusiasma la reforma


Fausto Masó. Notitarde
En apariencias Chávez nunca disfrutó de una situación tan cómoda, sin una oposición organizada y un ingreso petrolero abundante. No hay el peligro de un nuevo 11 de abril, cuenta con mayoría absoluta en la Asamblea, domina los poderes, silenció a la principal estación de televisión, le sobra dinero, la oposición no logra unirse. Por eso lanzó la reforma constitucional, concluyó que mejor aprobaría su reelección indefinida ahora, y no dentro de un año.Las cosas no están saliendo bien, según le revelan las encuestas que encarga la famosa sala situacional. Por primera vez antes de una elección Chávez comienza a encontrarse en posición de desventaja, porque la principal propuesta de la reforma, la permanencia indefinida en Miraflores despierta un rechazo hasta dentro de los propios chavistas. Chávez sigue ganándole cualquier elección a un candidato de la oposición, candidato que ni siquiera se asoma por el horizonte.
Chávez está derrotando a Chávez, la prepotencia oficial, la exagerada pretensión de gobernar indefinidamente ha hecho que no haya sido acogida favorablemente por sus seguidores, en realidad sólo garantiza su aprobación el que buena parte de la oposición haya decidido no participar en el referéndum.

Hay preocupación en Miraflores, no las tienen todas consigo. Una persona cualquiera agradece los beneficios que recibió de las misiones, no le gustan los políticos gastados de la oposición pero tampoco acepta que Chávez permanezca en Miraflores el tiempo que quiera. Las misiones ya perdieron su impacto político, entre otras razones porque algunas de ellas se degradaron, Barrio Adentro no funciona en muchos lugares. En el país buena parte de los chavistas no aceptan la reelección vitalicia. Sin necesidad de hacer encuestas basta con hablar en privado con los chavistas para comprender que aceptan a regañadientes la reforma de la Constitución.

Hay una prueba clara de la impopularidad de la reelección presidencial, Chávez le agregó a la reforma la propuesta de bajar el horario de trabajo a seis horas. Esto afectará en primer lugar al propio gobierno, la nómina oficial aumentará un 33%, la calidad de la atención al público bajará. En la empresa privada la primera reacción será tratar de limitar la contratación de personal y trasladar el aumento de los costos al consumidor. Esta medida provocará inflación y una caída de la productividad.En Finlandia y en otros países nórdicos se trabaja seis horas diarias en algunos sectores industriales, después de que un vasto desarrollo tecnológico de empresas de punta en el mundo permite estas medidas. En esos países como en Alemania después de la Segunda Guerra Mundial la población después de cumplir su horario de trabajo dedicaba el resto del tiempo a remover escombros, contribuir a la reconstrucción del país. A base del sacrificio sin límites esos países se abrieron paso. En Venezuela una cultura rentista supone que no afectan a la economía medidas como limitar el horario de trabajo a seis horas diarias.

El gobierno pregunta por qué razón Venezuela sólo exporta petróleo y minerales, por qué no hay en el país una vigorosa industria del plástico, del turismo, la madera. Hay una respuesta sencilla, esto ocurre por la baja productividad del país, porque cuesta mucho más producir en Venezuela que en países donde los trabajadores ganan sueldos mucho mayores.

Con el fin de vender la reforma constitucional Chávez promete el cielo a los electores. Es la misma táctica que empleó en el revocatorio con las misiones. A pesar de esto no hay entusiasmo dentro del chavismo.

Por demagogia la oposición acepta la propuesta de las seis horas de trabajo porque piensa que a la gente le gusta trabajar menos y cobrar lo mismo. Así el país no tiene futuro, en vez de aumentar la productividad se la disminuye y ni siquiera aumentará realmente el empleo. En Francia la jornada de seis horas produjo desempleo, porque al encarecer el costo de la mano de obra las empresas difícilmente prosperan. Sólo el estado podrá pagar cómodamente las famosas seis horas. ¿Seremos todos al final empleados públicos?
La gente no es tonta. La gente desconfía aun más de esta reforma por la insistencia oficial de disfrazarla con propuestas que supuestamente serian muy populares. Aún a los que votaron por Chávez y volverían a votar por él no los entusiasma la perspectiva de que sea el candidato eterno triunfante, porque saben que con los recursos del estado no habrá quien se atreva a enfrentarlo dentro del chavismo. ¿No tienen derecho los gobernadores a aspirar a la Presidencia de la República? No, responde Chávez. ¿Cómo pedirles a sus seguidores el mismo entusiasmo que tuvieron cuando el referéndum revocatorio?

No hay comentarios.: