Diego vio truncado el sueño de su vida
Diego Thielen tiene 9 años y aseguran, un futuro tremendo en el fútbol. Goleador del estado de Lara, el chaval, nacido en Barquisimeto el 3 de octubre de 1997, habla del Barcelona y se le iluminan los ojos, como si estuviera a punto de llorar, en una rara mezcla de emoción por lo que casi logra, tristeza por lo que se perdió y una angustia lógico por la duda de que no se le vuelva a presentar, quizás, la oportunidad de su vida.
En abril del año pasado, en un Campus realizado en la ciudad de Mérida, Diego dejó encantado con sus goles y sus regates al ex jugador blaugrana Julio Alberto, quien se contactó con las autoridades de las canteras del Barcelona y acordó que el niño, y otros chavales talentosos, pudieran ser probados durante el torneo de benjamines que se realizó en agosto.
Todo marchaba como en los sueños y los directivos de la Academia Richard Páez había dado la autorización para que una de sus mayores promesas futbolísticas pudiera rendir el examen en la Ciudad Condal. Sin embargo, el sueño terminó en decepción.
Aquel 19 de agosto del 2006, Diego y su mamá llegaron al aeropuerto, mostraron sus pasaportes, cogieron sus billetes del avión y embarcaron.
Caprichos del destino, antes de que el vuelo despegara, recibieron un golpe del destino: por orden del Gobierno, 18 pasajeros debían dejarles sus lugares a funcionarios de Chavez. Y el niño tuvo tanta mala fortuna que lo obligaron a tomar sus maletas, callarse la boca y abandonar el avión. Para el pequeño Diego fue un golpe durísimo que poco a poco logró digerir: “Yo quería jugar en el Barcelona, estaba ilusionado, pero no me permitieron tomar ese vuelo. Lloré mucho. Todavía tengo esperanzas de que algún día concrete mi sueño. El problema es que mis padres no tiene dinero como para pagarme un viaje a Catalunya”, reconoció mientras se probaba la camiseta blaugrana de Leo Messi.
“¿Puedo tomarle una foto a la camiseta? Tengo mi cámara aquí, en la mochila”, agregó. En su bolso, además, tenía una bandera y un libro de Messi, ambos productos del diario SPORT. “Fue lo único que conseguí de Barcelona”, se despidió, siempre con la certeza de que algún día brillará en el Camp Nou.
Vía Diario Sport, Barcelona
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