"No quiero que me digan que soy de la CIA"
Marina Monzón, de Catia, explica que su comunidad deja pasar la muerte de sus vecinos (Gustavo Bandres)
Vecina de Los Frailes de Catia denuncia que al marcar el 171 la Policía no responde
PAULIMAR RODRÍGUEZ
EL UNIVERSAL
"Cada día que pasa la inseguridad está peor". Marina Monzón, habitante del sector Los Frailes de Catia, vio como uno de sus vecinos murió la semana pasada a causa de los enfrentamientos entre bandas que hay en su zona. "Dejó a sus dos hijas y a su esposa. Yo lo vi crecer y caminar por estas calles. Pero eso es irrelevante. Nadie hace nada, nadie denuncia", afirma.
Para Monzón, esta historia no es nueva. Hace dos meses también mataron a una adolescente que estudiaba bachillerato. "Era una niña que se portaba muy bien. Y tampoco nadie denunció nada", confirmó la lideresa comunitaria.
La vecina, que habita desde hace más de treinta años en Catia, reconoce que semanalmente, cuando se desatan los tiroteos, inmediatamente llama a la Policía Metropolitana y al número de emergencia 171.
"Cuando atienden sólo nos dicen que vienen en un rato. Al poco rato volvemos a intentar y nos responden lo mismo. Esa situación se repite una y otra vez. Y nunca llegan".
Manos a la obra
Los vecinos de la parte más alta de Los Frailes de Catia, que habitan en la calle Coromoto, un poco más adelante del sector El Mirador, decidieron tomar la seguridad y la salud en sus manos.
Marina Monzón explicó que, a pesar de las diferencias políticas, los vecinos reunieron dinero para acomodar un módulo que ahora alberga un puesto de Barrio Adentro y una oficina de la Policía Metropolitana. "Lo arreglamos, pero la Policía sólo viene cuando quiere y el módulo de Barrio Adentro funciona a medias".
Los padres de Marina Monzón fueron unos de los primeros habitantes de Los Frailes de Catia. Incluso, las tuberías de su casa están conectadas a las del Hospital Lídice, y sólo tiene agua cuando el centro médico tiene agua. "Llegaron cuando esto era puro monte. Esto parecía un pueblito. Todo era tranquilo. Ahora esa paz la perdimos", afirma. Incluso, Monzón señala que antes su casa era una de las últimas de la colina. Ahora, el Ávila no se puede ver porque hay más de 100 familias que invadieron las zonas verdes".
Monzón comenta que en su comunidad los vecinos están comenzando a utilizar las radios comunitarias para hacer las denuncias de su sector. "Uno de los más escuchados es el de la Red Radar de Los Barrios. A la gente le gusta porque invitan a chavistas y a antichavistas".
Sin embargo, la vecina de Catia denuncia que los espacios de participación como los consejos comunales han sido tomado por las personas afectas al Gobierno. "No consultan nada. No anuncian las asambleas. La división es tan grande que te miran distinto porque tienes criterios políticos diferentes. Me molesta que en mi comunidad la gente se queda callada ante los problemas. Aquí reina la apatía. No quiero que me digan que soy de la CIA. Al final somos todos venezolanos".
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