Contradicciones de la oligarquia chavista
Juan Martín Echeverría // La nueva oligarquía: contradicciones
¿Existe la participación democrática en las decisiones públicas?
Los médicos que laboran en el sector público reciben bajas remuneraciones y los que ejercen la medicina privada están cercados por las autoridades; mientras tanto se traen médicos cubanos, que en un porcentaje interesante desertan, y se planifican promociones de médicos socialistas en el corto plazo. Lo curioso es que, a pesar de la utilidad de Barrio Adentro como un filtro, la red hospitalaria colapsa y los seguros colectivos de los funcionarios del Estado invaden las clínicas privadas.
Un grupo significativo de integrantes del oficialismo muestran apariencias externas de riqueza y les sale su porcentaje de secuestros y atracos. ¿Será que hay demasiadas armas sueltas? ¿O quizás no funciona como es debido la organización policial, judicial y penitenciaria? ¿Bastará con la Ley de Policía Nacional para combatir la criminalidad de alta violencia y reducir los niveles de inseguridad en los barrios? ¿Es participativa y protagónica la actuación de las autoridades contra la delincuencia?
¿Qué pasa con las viviendas de interés social?, primero, por la secuencia de puestos de trabajo que genera y segundo, porque resuelve un grave problema a las clases populares. Es injustificable la poca cantidad de soluciones habitacionales construidas en estos 8 años, la falta de integración funcional con la Cámara Venezolana de la Vivienda, el escaso aprovechamiento de las modernas tecnologías y ese compromiso a medias, donde el discurso reconoce una prioridad, pero la realidad de los hechos aplasta los ofrecimientos. Habría que destinar lo que se regala en el exterior al déficit de dos millones de viviendas.
La banca privada gana dinero y cumple con las gavetas agrícolas, habitacionales, turísticas y de la pequeña empresa, entre otros, también adquiere Bonos de la Deuda Pública. Sin embargo, ¿un banco del Estado, como el Banco Industrial acaso cumple con sus funciones y cuál es su índice de rentabilidad? ¿Hay realmente una participación protagónica, en beneficio de los ciudadanos, de la red financiera del Estado?
Tenemos gracias a los altos precios del petróleo una economía de importación, de allí que los puestos de trabajo se crean en otros países y hay recursos para las misiones pero nadie habla de una mística para el trabajo, ni de capacitación de la mano de obra especializada, sino de una jornada de 6 horas, y en ese orden de ideas podríamos emplear a los bebés lactantes y tendríamos a toda la población trabajando.
En fin, solo el 11% de los venezolanos dice conocer el contenido de la reforma constitucional y ¿esa es la participación protagónica, plural y diversa, en que las decisiones no dependen exclusivamente de una persona? En las encuestas el desempleo es el segundo reclamo, después de la inseguridad, y cada vez hay más gente y empresas dependiendo del Estado y en cambio se ahoga al sector privado, que es el más empleador.
De acuerdo al DRAE oligarquía es el gobierno de pocos y ha surgido una nueva oligarquía, amparada en el socialismo radical, que excluye a la mitad de la población, arrincona a la clase media y mantiene una perpetua confrontación, rechazando el acceso de los ciudadanos a la información pública. ¿Existe la participación democrática en las decisiones públicas? En conclusión: Gravísimas contradicciones.
juanmartin@cantv.net
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