Vargas a 8 años de la tragedia

MIRELIS MORALES TOVAR. EL UNIVERSAL
Para Vargas, los tiempos díficiles no han pasado. A 8 años de la tragedia, sus habitantes todavía sufren las secuelas de la desinversión en servicios públicos, transporte y vialidad, lo cual no ha permitido al estado avanzar en su desarrollo comercial y turístico.
A juicio de Cipriana Ramos, presidenta de la Cámara de Comercio de Vargas, los gobiernos locales no han hecho nada para mejorar calidad de vida de los varguenses, más allá del viaducto. Y en ello, en vez de estimular la actividad comercial, lo que ha generado es un colapso de la ciudad.

"Somos lo que éramos antes, con mayor cantidad de gente. No hemos mejorado para nada. Estamos colapsados y, más allá del viaducto, no hemos visto otras medidas para tener calidad de vida. Los varguenses prefieren ir a comprar al centro comercial, porque allí se sienten más seguros. Aparte, el incremento de la economía popular tampoco ha contribuido con el mejoramiento de Vargas".
En su opinión, las políticas públicas no han resultado y ello se lo atribuye a la falta de coordinación. "Aquí nadie ha dado explicaciones de cómo se ha invertido el dinero. Da pena ver cómo estamos. Más cuando observas que hay zonas que están intactas. Eso lo que da es dolor".
Al menos la construcción del viaducto supuso un respiro para el estado Vargas. Sobre todo para el sector de transporte pesado, que durante la época de la "trocha" se vio obligado a disminuir el número de unidades por el incremento de los tiempos de recorrido.
Según Emilio Palumbo, presidente de la Cámara de Transporte de Vargas, la obra permitió reanudar el tránsito hacia el litoral y así volver al ritmo de 2 mil unidades diarias.
Sin embargo, asegura que los importadores continúan sufriendo el descontrol interno del puerto, que retrasa la salida y llegada de los furgones. "Existe un gran desorden en el puerto de la Guaira. No hay maquinaria. Tampoco espacio suficiente. Y eso complica la actividad".
En ese sentido, Palumbo considera que la recuperación de Vargas ha sido lenta. Pero más allá de eso, asegura que las mejoras no han sido suficientes para satisfacer las demandas de la creciente población.
"Los gobiernos no han sido tan rápidos como la llegada de la gente. Tenemos más población y seguimos con las deficiencias de servicios, vialidad y transporte. La recuperación ha sido muy lenta. Y no nos explicamos por qué, considerando los recursos que llegaron".
Ahora bien, a pesar de todas las calamidades, Vargas sigue siendo un zona importante desde el punto de vista inmobiliario por su cercanía con la capital. De allí que los precios de los inmuebles se han mantenido, en virtud de que la demanda nunca cesó.
No obstante, Luis Emilio Vegas, presidente de la Cámara Inmobiliaria, aseguró que la reactivación sólo se ha concentrado en Catia La Mar por ser la zona menos afectada. No así en Macuto, Naiguatá o Los Corales, donde todavía quedan rastros de la tragedia.
"Vargas sigue representando un potencial. Pero todavía se ven calles destruidas, casas abandonadas. Eso son señas de que el Gobierno no supo cómo reactivar el Litoral Central".