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viernes, 2 de noviembre de 2007

¿Por qué no separa la reelección, de los escasos "caramelitos" sociales?


Damiàn Prat C. - PÚBLICO & CONFIDENCIAL
Los números no le cuadran. Las encuestas y otros estudios de opinión más detallados hechos por la Sala Situacional de Miraflores no aseguran un triunfo en el referéndum. No pasa del 30% de respaldo. Podría ganar ajustado si la apatía del votante opositor es alta pero, además que eso no es totalmente predecible, ocurre que tiene una enorme "tronera" por su "flanco izquierdo".
No menos de una cuarta parte de sus votantes tradicionales está en desacuerdo con la reforma y la cifra aumenta a medida que la gente conoce detalles del contenido de la propuesta. Muchos chavistas parecen decididos a votar NO, algunos por convicción y otros porque saben que serán presionados y chequeados de "ir a votar", de modo que tienen miedo de quedarse en casa para no perder empleos y beneficios. La reelección perpetua tiene resistencias, pero los desacuerdos más notorios entre los "chavistas" son el exceso de centralismo y concentración de poder; la liquidación arbitraria de las regiones y el retorno a gobernantes (o virreyes) designados "a dedo" desde Caracas; la liquidación del voto popular para designar al "poder popular" en los barrios y sindicatos. Más resistencias han creado los agregados de la AN y en especial el 337 con la amenaza de estados de excepción indefinidos y ¡oh sorpresa!, la censura al derecho de información. Otros sectores pro chavistas inquietos son de clase media (incluyendo clase media popular), por temas como la semiliquidación de la propiedad privada y la muerte de la autonomía universitaria. Por eso las largas reuniones de análisis en Miraflores desde el fin de semana pasado. Por cierto con un selecto grupo de "consultores políticos" que no incluyen a casi ningún ministro, ningún diputado y ningún dirigente regional del PSUV. Mucho menos de los escasos aliados, tipo PPT y PCV. Esos están excluidos.
El viraje anunciado por Chávez de ordenar a los sumisos diputados desdecirse para "votar la reforma en tres bloques" es un intento de quebrar el creciente desacuerdo chavista. En realidad no cambia nada de fondo ni de verdad, pero busca ver si "endulza" en algo a su gente descontenta. La propuesta de mantener como un solo bloque los 33 artículos originales de Chávez es una manera de ver si pueden conseguir lo que más le interesa: la reelección y el aumento de sus desmedidos poderes centralistas. Y darles el caramelito-consuelo de votar en contra de algo de lo agregado por la AN. La otra estrategia que decidieron es hacer una campaña centrada en localizar a cada uno de los supuestos 5 millones de inscritos en el PSUV, hacer la lista por sectores y decirles que los van a chequear que todos vayan a votar. Les van a mentir, además, diciéndoles que "un chip secreto" en las máquinas (el mismo cuento con el que han engañado a muchos opositores) le permite al gobierno saber si se vota NO para despedirlos de empleos, sacarlos del beneficio de alguna misión o de planes hallaqueros. Allí también tienen problemas porque la verdad es que los asistentes a reuniones para los batallones del PSUV apenas llegaron a un millón. Por otra parte, aumentarán las provocaciones y hechos de violencia (una muestra es lo de ayer en la colosal marcha estudiantil y lo ocurrido más tarde con grupos de malandros causando destrozos en la UCV) para atemorizar y para ver si consiguen que algún grupo opositor "cabeza caliente" caiga en la trampa, para así desatar la histeria y los reflejos condicionados entre su gente descontenta, haciéndoles creer que "es un plan golpista" para tratar de hacerlos regresar al redil. Me aseguran mis fuentes que dependiendo de los efectos de esas y otras medidas hay otros planes, incluyendo presentar a Chávez como víctima con algo para producir un "terremoto" que desate la histeria y tuerza el rumbo del rechazo a la "reforma". O llegar hasta a hacer que el TSJ o el CNE, con alguna excusa, pospongan el referéndum con alguna artimaña que sirva para intentar "convertir una derrota en victoria". Y sobre todo, digo yo, evitar una derrota.
En el fondo, el cambio de estrategia no significa nada para el ciudadano venezolano. Mantener el voto en tres bloques como los propuestos no cambia nada. Si fuese sincera la intención de dar la oportunidad a la gente de escoger las cosas que quiere apoyar, ¿por qué no separa la reelección perpetua de los beneficios sociales? La gente podría votar aparte los temas sociales, por otro las cosas referidas al centralismo y la acumulación de poder, también aparte la restricción de los derechos humanos. ¿Por qué no acepta el reto? Porque sabe que perdería lo que en realidad le importa: su reelección, el aumento de sus poderes, la liquidación de la descentralización en beneficio de un centralismo asfixiante y obsesivo.
La verdad es que en la medida que crece el voto por el NO, especialmente dentro de su "mercado electoral" e incluso entre militantes, activistas y hasta dirigentes chavistas, veremos más problemas, más conflictos y más virajes "tácticos", como el del voto en bloque. Lamento suponer que también veremos un aumento de la violencia, de las provocaciones y de los "peines". Incluyendo el de torcer las cosas para presentar a los estudiantes como culpables de violencia. Para mí es el momento de la firmeza y la serenidad, pero también el de profundizar el acercamiento con el chavismo descontento a todos los niveles. La campaña del NO debe centrarse en llegar directo a la gente, dar a conocer la "letra pequeña" de la supuesta "reforma". Sumar y sumar. El punto no es Chávez sino su "reforma" negativa.

Palabra de hoy

"Seguí la vieja línea del presidente de la República, Hugo Chávez,

en la cual se daba poder al pueblo a través de la Carta Magna de 1999; era democracia participativa y protagónica.

De la nueva línea, contenida en esa reforma, estoy divorciado,

porque apoya el plebiscito y todo el poder descansa en el Estado.

El pueblo no está suficientemente informado".

Ernesto Paraqueima, alcalde de El Tigre, Anzoátegui, hasta hoy chavista.

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