Entre reyes y reyezuelos
Mario Villegas. El Mundo
Comparto algunas de las cosas que dice y hace el presidente Hugo Chávez, pero rechazo frontalmente muchas otras. Difiero de su visión divisionista de la sociedad y de su obsesión autoritaria y egocéntrica. En cuanto a las formas, objeto sus interminables y repetitivas peroratas, así como su costumbre de burlarse y descalificar a quienes difieren de él. Sé hasta de chavistas que, cual rey de España, quisieran decirle: “¿Por qué no te callas?”.
¡Soy antimonárquico. Rechazo que la soberanía de un país recaiga en un individuo, especialmente si se trata de un poder absoluto. Me irrita la herencia consanguínea como vía para transferir el poder y que los “súbditos” deban sostener con sus tributos el obsceno despilfarro y la frivolidad de que regularmente hace gala la realeza, mientras millones de niños mueren de hambre en el planeta.
No me agradan los reyes, ni nada que se les parezca. No me gusta que haya un rey en España, aunque debo reconocerle a Juan Carlos de Borbón que a la muerte del “Generalísimo” Francisco Franco pudo haberse erigido en dictador y, sin embargo, optó por abrirle camino a la democracia y al pluralismo.
Aunque a Chávez no le falte razón en muchos de sus juicios acerca de las causas de la pobreza y de las iniquidades sociales en el mundo, como también acerca de los mezquinos intereses que privan en las posturas internacionales de las naciones, su manera atropelladora de presentar sus puntos de vista y de descalificar a los demás colma la tolerancia de cualquiera, especialmente si lo hace en un escenario diplomático, en el que debe exhibirse respeto por los Estados y sus representantes, así como especial cuidado por las normas y las formas.
El hombre es un carrito chocón, como hace tiempo lo describió Teodoro Petkoff. De allí que el rey Juan Carlos haya llegado al llegadero en su nada diplomático “¿Por qué no te callas?” y el siempre comedido Jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, le haya exigido a su colega venezolano discrepar de las ideas pero respetar a las personas. El mandatario ibérico no tuvo reparo en defender a su ultraderechista antecesor, José María Aznar, con quien mantiene serias diferencias.
Del tiro, Chávez saltó a sugerir que el rey estuvo implicado en el golpe de abril de 2002. De Rodríguez Zapatero quién sabe qué irá a decir, pese a que éste lidera el Partido Socialista Obrero Español y nomás al asumir el mando ordenó el retiro de las tropas españolas de Irak.
Justo por antimonárquico es que voy a votar contra una reforma constitucional que, con ropaje socialista, pretende viabilizar la coronación de nuestro reyezuelo tropical.
BADUEL Recibo un cordial mensaje del general Raúl Isaías Baduel: “Ciudadano Mario Villegas: Sirva la presente para agradecerle las opiniones que, respecto a la posición asumida por mi persona, referente a la reforma constitucional, son expuestas por usted en el artículo titulado “Un batazo en la verruga”. En especial, aprecio mucho que no tenga usted dudas sobre la sinceridad de mis planteamientos. Al igual que a usted, a mí me preocupa mucho que algunos compatriotas se distraigan en dilucidar si mi posición es sincera o es un ardid presidencial más y no hayan percibido el fondo de mi mensaje, el cual es, como bien usted lo plasma en el referido artículo, la oportunidad cierta que tenemos en frente de derrotar electoralmente un proyecto de constitución que traería terribles consecuencias en todos los órdenes para nuestro país. Una de esas terribles consecuencias sería la pérdida definitiva del pluralismo como valor de nuestra sociedad, pluralismo que venezolanos valiosos que ya no están con nosotros, como su padre Cruz Villegas, han encarnado excelentemente”.
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