Todos somos rehenes

Víctor Vielma /
Educador / La Verdad

Una revolución errática puede destruir a un país, más, si ataca la simiente institucional. Y con ello, puede provocar el desmantelamiento de su patrimonio cultural e histórico.

De allí en adelante, el caos será la expresión más destacada que llevará a la destrucción del Estado para crear la más imprecisa estructura de poder. Pero, dentro de esta trayectoria, nada será legítimo.

Toda ideología, tiene un trazo excluyente; pero éste será más contundente, si se coloca como identificación del Estado y se hace constitucional.

Con esta intención, a los venezolanos se les impone, bajo fraude y violación de la Constitución, un Estado socialista al estilo soviético-cubano-maoísta. Estos regímenes comunistas se han caracterizado por el fracaso, la represión, la censura, la guerra sucia y el crimen.

Hugo Chávez sabe que el comunismo viene de fracaso en fracaso. Pero su actuación para sobrevivir, políticamente, perjudica la futura paz de los venezolanos y la de sus vecinos. Es el mismo sin sentido de la guerrilla colombiana, que a falta de convivencia y convocatoria dentro del pueblo neogranadino, mantiene su esperanza en el poder del fusil.

Quien se hace obedecer infundiendo miedo podrá obtener logros pasajeros; pero jamás tendrá un auténtico poder. La verdadera naturaleza de un líder está en convencer a través de ideas y hechos que demuestren los valores políticos y eso significa respeto, en lo primario, por las libertades democráticas y la vida.

Si Hugo Chávez le impide a la FAN el desalojo de la guerrilla a lo largo de nuestra frontera, es porque la aprueba como una amenaza contra aquellos que no comparten sus ideas.

Por esta vía, la paz a Colombia no llegará. Sólo habrá canje de secuestrados por guerrilleros presos, porque los "revolucionarios" quieren mejorar la imagen de Chávez y la de ellos. Y el objetivo de Uribe, probablemente, es colocarlos en evidencia. Pero el impío secuestro contra colombianos y venezolanos proseguirá, porque la guerrilla se volvió inhumana.

Es por ello que el socialismo no puede estar en manos de hombres que pretendan hacerse obedecer mediante la violencia y la muerte. O acaso, ¿esa será su naturaleza?

Pero, por el otro lado, ¿cómo puede nuestro pueblo abogar por sus problemas si está cautivo? Señor Hugo Chávez, presidente de la República Bolivariana, nosotros también exigimos la liberación de nuestra historia de 1830 a 1999 y de los 27 millones 483 mil 200 rehenes venezolanos, secuestrados por la vorágine autoritaria de su gobierno y la lista Tascón.