Chavez se venga de Alejandro Sanz
Ludmila Vinogradoff (ABC, España)
Alejandro Sanz declaró en el 2004 que «no le gustaba Hugo Chávez» y ahora llegó la venganza del presidente venezolano. Su gobierno ha prohibido el concierto que el cantante tenía previsto ofrecer en el Poliedro de Caracas el próximo 1 de noviembre. En cambio, confirmó los de Serrat & Sabina y Maná. El asunto es hoy ampliamente comentado en la prensa de España.
Hay que ser chavista o vestirse de «rojo, rojillo» porque de lo contrario no se podrán utilizar las instalaciones públicas de Venezuela. Este es precisamente el caso de Alejandro Sanz, que por declarar que «no le gustaba Hugo Chávez» su gobierno ha prohibido el concierto que el cantante tenía previsto ofrecer en el Poliedro de Caracas el próximo 1 de noviembre.
Lo curioso es que días después, el mismo lugar es lo suficientemente seguro para la actuación de artistas como Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina, el grupo mexicano Maná o Daddy Yankee.
Cuando se anunció en agosto pasado su presentación caraqueña en el marco de su gira «El tren de los momentos», las ocho mil butacas del Poliedro se agotaron rápidamente y todo ello a pesar del alto precio de las entradas. Aún así, el gobierno no ha tenido ninguna consideración con los espectadores para cancelar el concierto.
En su primera acción como nuevo ministro del poder popular para la educación superior, Luis Acuña, decidió suspender la actuación del cantante madrileño, sin dar ningún tipo de explicación, a pesar de haber sido vendidas todas las localidades del Poliedro para el día fijado.
Todavía no se ha dicho oficialmente el motivo por el cual le prohíben cantar en el domo caraqueño. Sin embargo, la prensa local supone que es por sus declaraciones hechas en febrero del 2004 durante su última visita a la capital venezolana cuando comentó que «su presidente (Hugo Chávez) no me gusta. Tampoco me gustan los de otros sitios, y el mío tampoco me parece que lo haya hecho bien».
Las declaraciones coincidieron con el momento en que se estaban recogiendo firmas para solicitar el referéndum revocatorio del presidente venezolano, a lo que el cantante español apuntó: «A mí, si me dieran tres millones de firmas para que dejara de cantar, dejaría de cantar de inmediato».
Rápidamente, el chavismo puso en marcha una página web para convocar una “recolección virtual” de firmas a la que se sumaron 230.000 personas.
Los representantes del cantante en Caracas, que conocen perfectamente la manera de pensar de Sanz, han intercedido por él ante el Ministerio de Educación para ver si consiguen rectificar la suspensión, tal y como lo aseguraba Julio Tricio, vicepresidente de Evenpro. «Pensamos que esto se va a solucionar. Tenemos conversaciones adelantadas con el ministro. No sabemos la razón por la cual se ha cancelado expresamente solamente la actuación de Sanz», reconoce Tricio.
En caso de que el gobierno ratifique la cancelación del concierto previsto, los representantes del cantante no descartan buscar otro lugar donde hacer la presentación del compositor madrileño, «pero preferimos que sea obviamente en el Poliedro», señala Tricio.
Uno de los problemas que tiene la capital venezolana es que no dispone de infraestructura para ofrecer espectáculos o centro de convenciones independientes o privados con capacidad para más de cinco mil butacas donde se pueda evitar la marca ideológica. Los domos y teatros que existen actualmente en Caracas son unicamente estatales o revolucionarios -puesto que dejaron de ser democráticos-, y ahora sólo se autoriza su uso a los simpatizantes del presidente Chávez o «rojillos».
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