Chavez despidió a Fidel ante el mundo

Este domingo, 14 de octubre de 2007, tuvimos la primera imagen trágica confirmando el verdadero estado de salud de Fidel Castro y la tuvimos en el rostro desencajado de Chávez, en ese desconcierto que provocó una retahíla de torpezas incalculables.

En el empalagoso verbo que caía incontenible sobre el líder cubano, Chávez no hallaba que hacer ni que decir y dijo lo menos indicado como reiterar que Cuba y Venezuela tienen dos Presidentes.

O sea, que los venezolanos, los mismitos que van a llevar a un referéndum ya predeterminado con todos los abusos, más el total desconocimiento de artículos que comprende desde eliminar la autoría intelectual hasta la infinita reelección del “Comandante” y más allá, que votamos y fuimos traicionados por Chávez somos, según sus afirmaciones apasionadas, gobernados también por Fidel y cuando no exista, por Raúl Castro.

Pero fue mucho más allá al asegurar que nosotros, los venezolanos, somos hijos del Ché! Después, agregó: “hijos de Bolívar y del Ché”! Y nosotros que estamos prácticamente muertos, no somos capaces es de refutarlo saliendo a la calle a negarlo. Ese es el drama.

El culto que se tenía por Bolívar fue dividido, arrebatado, por esta personificación barata que parece justificarlo para distorsionar la figura libertadora y convertirlo en su quehacer histórico en “panita del Ché” y de Fidel.

Nosotros hemos permitido que eso pase.

La gesta liberadora de Bolívar que lo llevó desde aquí hasta el Potosí en las alturas del Sur es igual hoy al viaje del Ché en moto por América del Sur y el logro de cinco Repúblicas liberadas a una Cuba revolucionaria. Este domingo desde Santa Clara Chávez ofendió una y otra vez a Bolívar y los venezolanos. Así como regala recursos regala criterios históricos utilizando fuera de contexto al Libertador.

Después de una entrevista corta y lastimosa, Fidel desapareció para dar paso de vez en cuando a su voz con una foto estática y gris. Cuando lo comparó en la entrevista con Dios, todavía Fidel Castro rehusó el comentario inadecuado, ostentoso. Chávez no se detuvo allí.

En unas palabras que sonaron a despedida aseguró al enfermo que no se preocupara, que cuando muriera no moriría porque “ellos” se encargarían de mantenerlo vivo en la memoria de los pueblos. El rostro de Fidel lucía débil y agotado, su figura frágil parecía empequeñecida, cansada de esa incesante perorata estúpida que nunca había soportado y obligadamente lo exponía a la mirada del mundo en esa posición desventajosa que lo obliga su salud. Chávez , este domingo 14 de Octubre, le hizo un “flaco favor” a Fidel: lo despidió ante el mundo.