El hombre que una vez me engañó

ISA DOBLES. El Mundo
Cada vez que veo esas fotos publicitarias de José Vicente Rangel anunciando su programa de televisión “José Vicente hoy“, aunque no quiera, aunque el personaje sea de esos que provocan en mi el rechazo más exagerado, me tengo que quedar aunque sea por unos segundos tratando de buscar algo en esa figura que aún se me escapa
Y es extraño, porque la publicidad no logra lo que busca conmigo: que lo vea en televisión. Pero aquí, con su camisa abierta en el cuello de rayitas azules, blanca, la chaqueta o el saco azul marino, posando fotográficamente, enmarcado todo en un subliminal azul claro, diagramado en esos tonos sobrios y serenos, lo que me impresiona son los ojos. Es una foto muy retocada.

Cuando uno lo ve casualmente en cualquier momento, mezclado y uniformado con el rojo rojito, o al lado de Chávez en un discurso, Chávez gordo, sudoroso y provocador, entonces el tipo se convierte en algo extraño, ya no forzado ni incómodo, pero si más quebrantado, marmolizado, como si lo que lo cubre se fuera a romper en pedazos por un empujón o porque tropieza en un escalón de acera.

Aquí los ojos, retocadas las ojeras, esos ojos que han visto tanto y ya no ven sino lo que quieren que vea, han perdido, como los míos, el brillo claro de otros años.

Pero son de pose. Estas fotos publicitarias traen el nombre de sus invitados que, como él, dicen lo que tienen que decir. Arriba, casi desvaído en otro azul, lo presenta como” una de las voces más agudas del periodismo con su estilo único y polémico. Nadie podría negar que es un “estilo único”. Porque él es único en muchas cosas que se juntan para definirlo. Único es no igual a nadie, sólo y sin otro de su especie, para bien y para mal.

Y yo espero por mi país que esta “especie” no se reproduzca pródigamente.

Ahora….veraz? Eso sí lo podemos discutir hasta públicamente. Estos ojos que invitan a verlo y escucharlo ven normal masacres y piedras, flores y balas.

¿Polémico? Ese es otro debate. Es muy difícil polemizar con socios o panas o jefes o cómplices. Y es que esos enfrentamientos obligados que tiene que hacerse uno mismo cuando oye, lee y ve a estos hombres de Chávez, hay que tomárselos con humor, sacarlo de la angustia, de las lágrimas, del miedo o la rabia, de donde esté metido. Porque se necesita para sobrevivir y seguir buscando esa rendijita por donde entrar para la zancadilla que necesita el País.

Al lado de José Vicente, ¡qué valientes Ismael García y Ramón Martínez, que se atreven a disentir! Luis Miquilena, que replica con ardor a las vilezas propuestas que esconden la intención de siempre del dictador “Democrático”.

Ya tiré a la basura la foto y con la posadita insultante de un hombre que una vez me engañó. Hasta que, cuando comencé, casi inmediatamente, a criticar y reclamar la Democracia que nos han estado quitando palmo a palmo, me llamó a mi casa a reclamarme: “¿Qué te pasa? Te estás portando mal”. Yo estaba con Ibéllyse Pacheco. Ya para este hombre disentir, reclamar, no elogiar a Chávez como un Dios, era “Portarse mal”.

El siguió “portándose bien”. Por eso está en ese programa esperando que los “pendejos” que quedan mucho lo vean para contradecirlo. Porque ya más de la mitad del País no lo aplaude. Y antes que no pueda decirlo ni escribirlo, porque esta “libertad de expresión es demasiada“, como aseguran ellos, repito que esta es mi opinión y soy responsable de ella, que no tengo inmunidad ni escoltas, solo mis tres perros para cuidarme, que si quieren cobrarme la opinión como es el estilo, saben donde me encuentran. …Pero insisto…¡Cómo gasta este gobierno en mala publicidad!