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jueves, 16 de agosto de 2007

Chávez y el maleta-gate



Después de años de especulaciones de que el presidente venezolano Hugo Chávez ha usado sus petrodólares para financiar a candidatos presidenciales y grupos de simpatizantes en toda América Latina, el nuevo escándalo político alrededor de la maleta con $800,000 sin declarar confiscada en el aeropuerto de Buenos Aires es enormemente ilustrativo.
Ustedes recordarán que en las elecciones de Bolivia, Ecuador, Nicaragüa y otros países de la región hubo fuertes denuncias –nunca probadas– de la oposición de que los candidatos chavistas estaban recibiendo maletas llenas de dinero provenientes del monopolio petrolero estatal venezolano PDVSA, cortesía del mandatario narcisista-leninista de Venezuela.
Los ganadores prochavistas de las elecciones han rechazado repetidamente estas denuncias, calificándolas de mentiras impulsadas por el imperio norteamericano.
Pero el caso de Guido Alejandro Antonini Wilson, el empresario venezolano detenido con el dinero cuando llegaba a Buenos Aires en un avión fletado por el gobierno argentino con una delegación de PDVSA el 4 de agosto, es el primero en que salen a la luz pública algunos de los manejos subterráneos mediante los cuales Chávez trata de infuenciar la política interna de otros países, y de cómo se está expandiendo la corrupción de Venezuela a otros países de la región.
Antonini, un venezolano que vive en Miami y está muy vinculado a la élite empresarial que se está llenando de dinero en la Venezuela chavista, fue detenido en el aeropuerto de Buenos Aires tras arribar en un avión fletado por ENARSA, la compañía estatal de petróleo y gas argentina creada por el presidente Néstor Kirchner hace tres años.
A bordo del avión, que llegó en la madrugada dos días antes de una visita oficial de Chávez al país, se encontraban varios funcionarios del gobierno argentino y de PDVSA, además de Daniel Uzcátegui, el hijo de un vicepresidente de PDVSA, y el propio Antonini.
Según reportó el periódico argentino Clarín y aseguran algunos ex funcionarios norteamericanos, había otro pasajero que no aparecía en los documentos del vuelo: el teniente coronel de la Guardia Nacional de Venezuela Julio César Avilán Díaz, un miembro del entorno de Chávez cuya esposa es un alta funcionaria del servicio de aduanas de Venezuela.
No está claro si Antonini era el hombre de la maleta, o si algún otro pasajero del avión fletado por ENARSA lo mandó al frente con la maleta de $800,000. Lo cierto es que Antonini se fue del aeropuerto sin reclamar el dinero, y voló a Uruguay el 7 de agosto. Un diplomático extranjero en Uruguay me dijo que, según fuentes de inteligencia uruguayas, Antonini dejó Uruguay ese mismo día a bordo del avión presidencial de Chávez, que pasó por Uruguay después de su visita a Argentina.
Lo que es más interesante, Antonini hizo al menos cinco viajes a Argentina desde Venezuela y Uruguay en el último año y medio, según el diario La Nación. El 28 de septiembre del 2006, Antonini llegó a Argentina como parte de una delegación venezolana encabezada por el gobernador chavista del estado de Cojedes, Johnny Yánez Rangel.
Antonini también visitó Uruguay en al menos cuatro ocasiones el año pasado, según Radio Espectador de Uruguay. En una visita reciente este año, Antonini fue acompañado por Uzcátegui, y las reservaciones de hotel de ambos fueron hechas por PDVSA, reportó La Nación.
Tal como me dijo Norman Bailey, ex jefe de asuntos venezolanos y cubanos de la Oficina Nacional de Inteligencia de la Casa Blanca, Antonini “o estaba tomando lecciones de tango, o estaba llevando maletas”.
Como era previsible, el canciller venezolano Nicolás Maduro salió del paso diciendo que todo era una conspiración del ”imperialismo” y la CIA.
Mi conclusión: el dinero podría haber estado destinado a la campaña de la primera dama Cristina Kirchner o a grupos pro-chavistas en Argentina, o podría ser el pago de un soborno a funcionarios argentinos por algún negocio con el gobierno de Chávez. Sin embargo, si hubiera sido un negocio limpio, se hubiese hecho por transferencia bancaria.
Lo más probable es que los gobiernos de Argentina y Venezuela traten de minimizar el ”maleta-gate”, y de complicarlo hasta que la gente se aburra del mismo. Los funcionarios de aduanas argentinos ya han hecho suficientes errores –intencionales o no– en el expediente como para hacer muy difícil que Antonini sea encausado en Argentina o Estados Unidos.
Pero si había dudas que Chávez ha usado a PDVSA para financiar campañas políticas en el extranjero, o a grupos chavistas en otros países, o para sobornar funcionarios extranjeros con maletas llenas de efectivo, el ”maleta-gate” las ha despejado.
P.S. No me sorprende que Chávez haya decidido anunciar el miércoles su plan para cambiar la Constitución y permitirle ser un presidente vitalicio. Aunque el anuncio era esperado desde hace tiempo, probablemente se anticipó para desviar la atención pública del “maleta-gate”.

Andrés Oppenheimer El Nuevo Herald

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