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miércoles, 22 de agosto de 2007

Caramelos de Cianuro



Por Teodoro Petkoff / TalCual
Insistimos, la Reforma de la Bicha no precisaba más que de un artículo:
“El periodo presidencial durará lo que Hugo Chávez quiera”.

Todo lo demás o bien es colocarle una hoja de parra a las reiteradas violaciones de la Constitución que ha realizado Yo-El-Supremo (anulación de la autonomía del BCV, manejo discrecional de las reservas internacionales, la reserva militar como quinto componente de la FAN), o es adorno, anzuelos para pescar votos de los incautos.

Por ejemplo, la propaganda oficialista viene colocando el acento en la jornada laboral de seis horas, como si ese fuera el centro de la reforma. Es un miserable truco cazabobos. Ya en el artículo 90 de la moribunda constitución de 1999 se establecía la perspectiva de una reducción en la jornada laboral:
“Se propenderá a la progresiva disminución de la jornada de trabajo dentro del interés social y del ámbito que se determine y se dispondrá lo conveniente para la mejor utilización del tiempo libre en beneficio del desarrollo físico, espiritual y cultural de los trabajadores y trabajadoras” . Tocaba, entonces, a la Asamblea, por sí misma o por iniciativa del Ejecutivo ante ella, aprobar el proyecto de ley que le diera vida.

Ocho años no fueron suficientes para hacerlo y ahora se nos quiere vender como una novedad lo que ya estaba pautado en “la moribunda”. De todos modos, la modificación en la jornada laboral, como ha advertido el ministro del Trabajo, “será un proceso que culminaría hacia 2010”. De modo que quien crea que al día siguiente de aprobada la reforma trabajará seis horas diarias, puede irse bajando de esa nube. Lo de las “seis horas” es el edulcorante para la amarga pastilla de la presidencia vitalicia. Igualmente, la seguridad social para los trabajadores informales también es norma constitucional en la Bicha. Dice esta, en su artículo 86: “ (...) El Estado tiene la obligación de asegurar la efectividad de este derecho ( habla de la seguridad social ), creando un sistema de seguridad social universal, integral, de financiamiento solidario, unitario, eficiente y participativo, de contribuciones directas e indirectas. La ausencia de capacidad contributiva no será motivo para excluir a las personas de su protección (...) ”. Tras ocho años de desidia y de la más crasa irresponsabilidad, el país continua sin un sistema de seguridad social digno de ese nombre y mucho menos están protegidos los trabajadores informales, a los cuales se les lanza el caramelo de cianuro de que “ahora sí” les viene la protección. Naturalmente, esta vez también esa “seguridad social universal” tendrá que ser objeto de una ley que la regule.

¿Cuántos años más habrá que esperar por ese instrumento legal?
Total, lo que ahora se presenta con envoltorio nuevo, ya está en la Bicha.

No había que reformar nada. Yo-El-Supremo, manipulando obscenamente las necesidades y las esperanzas de la gente, repite la misma “promesa electoral”, nunca cumplida, para sumar votos a lo único que realmente le interesa: la presidencia perpetua. Pues, no, esa vaina no.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo no puedo opinar mucho de este tema solo leerte y informarme, es lamentable la situación que viven en ese país, y me solidarizo con ustedes.
Amigo, te tengo un regalo en mi blog, pasalo a buscar ya que bien merecido lo tenés.
Un abrazo.