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sábado, 9 de junio de 2007

Más allá de RCTV. Freddy Lepage

En contraposición al delirio imperial autocrático de la medida, los estudiantes de casi todas las universidades venezolanas (excepto aquellas en las que no se permite la libre discusión de las ideas) se apropiaron, literalmente, de las calles de Caracas y de muchas ciudades del interior del país para manifestar su descontento.

A pesar de la utilización de la fuerza pública como cortafuego, los universitarios han logrado su cometido con creatividad y un elevado espíritu de combatividad militante, a favor de la defensa de sus derechos ciudadanos.

El régimen desconcertado únicamente responde de manera paranoica, prendiendo el ventilador de los improperios, descalificaciones y excrecencias fascistas. La forma del pronunciamiento juvenil humaniza, de manera inteligente, el conflicto. Lo democratiza, lo socializa hasta el extremo de dejar sin argumentos a los fabuladores epígonos del proceso que corean sin cesar estribillos vacíos de contenido, impregnados de los dogmas del totalitarismo comunistaestalinista-castrista.

Ya las palabras libertad de expresión y derecho a la información no son una abstracción, una entelequia. Son derechos fundamentales inalienables de todo ser humano, independientemente de su raza, condición social o religión. La represión sin rostro ha sido derrotada por jóvenes, formados durante estos ocho años de (des)gobierno chavista.

Cuando Chávez llegó al poder la mayoría de ellos rozaba los 14 años o menos. Nuevamente la universidad venezolana tiene un rol preponderante en la defensa de las libertades ciudadanas. La formación democrática y contestataria impartida en nuestros centros de estudio muestra su fruto más precioso: venezolanos integrales, comprometidos con la democracia. Muchachos con una pulsión de bronce a favor de la defensa de su derecho a ser libres.

En democracia, la voluntad no la impone un histrión por más poder que detente; cada ciudadano debe participar libremente en el proceso de decisiones públicas. Estamos en presencia de una “revolución” democrática liderada por la nuevas generaciones, alejadas de los acartonados esquemas de poder reinantes. Sigue caminos inéditos, llenos de obstáculos, distintos a las tradicionales expresiones de rechazo al despotismo reinante en nuestro país. Nace de causas muy profundas, íntimamente ligadas al espíritu humano.

Es sabido, una acción espontánea de un grupo social consciente puede servir de catalizador de procesos políticos no previstos. Así estos grupos se convierten en vanguardias y referentes importantes de la sociedad. La permanente siembra de odios y exacerbación de rencores generados por el discurso y dialéctica chavistas luce gastada, sin nervio para movilizar a los sectores populares que dicen defender.

La melancólica demostración del mitin de la avenida Bolívar corrobora la pérdida de popularidad del caudillo bolivariano, resaltada en los últimos sondeos de opinión. La fortaleza del Gobierno, poco a poco, se convierte en aserrín de desecho. En polvillo que se lleva el viento cuando sopla duro… El repudio colectivo significa un duro golpe infligido a las tentaciones totalitarias del teniente coronel. Ahora sabe a qué atenerse cuando pretenda dar nuevos pasos para hundir en la servidumbre a los venezolanos. La lucha apenas empieza… David está venciendo a Goliat… ¡Renace la esperanza! Es un nuevo episodio inconcluso de la resistencia civil.


El Nacional

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