Hay miedo en el Hospital Coromoto
Ana María Paz / noticias laverdad
El Hospital Coromoto es un ícono de salud en la región. Fue construido y puesto en funcionamiento por la Creole Petroleum Corporation e inaugurado el 3 de marzo de 1951. Desde entonces un grupo de expertos médicos y personal paramédico altamente calificado presta servicio a la comunidad zuliana, en especial a los trabajadores y familiares de la industria petrolera de Venezuela.
Reconocido por su especialidad en intervenciones quirúrgicas de alta complejidad, por poseer el mayor parque tecnológico de la región occidental del país, y por la calidad humana de sus empleados, el Hospital Coromoto se convirtió en el centro de salud más importante para la colectividad.
Hace 55 años Petróleos de Venezuela (PDVSA) lo entregó en comodato al sector privado. Cinco administraciones lo han gerenciado, elegidas por la empresa propietaria del momento: Creole, Lagovén y PDVSA. El 5 de agosto vence el último lapso firmado de 10 años con la empresa General de Servicios de Salud de Venezuela (GSSV). La industria petrolera retomará su administración.
La noticia se dio a conocer en febrero. Semanas después se instaló una valla en la entrada del hospital, en la cual el primer mandatario nacional anuncia el pase a la Misión Barrio Adentro. Ante esta medida, el cuerpo de médicos en asamblea nombró una comisión para hacer contacto con autoridades de la empresa y conocer los lineamientos de la nueva administración.
Rumores van, rumores vienen. Los ciudadanos comentaron sobre las novedades: el cambio de nombre del hospital, que dicen que ahora se llamará Ernesto "Ché" Guevara, que van a quitar la imagen de la Virgen de la entrada, que sólo atenderán a quien venga referido de Barrio Adentro y, una última, que le prohibieron a los médicos sacar sus equipos.
Un paseíto por sus instalaciones
A las puertas del hospital una valla que anuncia la Misión Barrio Adentro da la bienvenida. Los obreros a los alrededores realizan trabajos de mantenimiento del hospital, y cambian el color del mismo. En la etapa inicial el color base es el rojo, pero según comentan el color tierra será el que predomine en toda la infraestructura.
Los pasillos vacíos llaman la atención. Las secretarias dicen en voz baja que el hospital está sólo, "se siente triste". Algunos consultorios ya están vacíos. En uno de ellos se ve un comunicado que dice que de acuerdo a las instrucciones del doctor José Briceño, miembro de la comisión de enlace de PDVSA "no se autoriza la salida de ningún equipo, instrumental y mobiliario que se encuentre en los consultorios médicos".
El papel tiene la firma de Enrique Fernández, gerente general de GSSV. Los trabajadores están confusos y asombrados. ¿Cómo el doctor Briceño puede tomar decisiones antes de que comience su gestión el 5 de agosto? ¿Por qué lo permite Fernández? ¿Qué está pasando?
Varios médicos dicen sentirse desorientados. "No tenemos información de nada; aquí nadie nos ha explicado cuáles son las reglas del juego. Nos entregaron este comunicado sin explicación alguna". Esto preocupa y altera al personal del hospital, confunde las intenciones que pueda tener la empresa que tomará posesión en los próximos días.
Enrique Fernández no atiende a los periodistas. "Hija, no la van a atender. No insista". José Briceño está en la sala de reuniones. Un gran pendón rojo con la silueta del perfil del "Ché" Guevara da la bienvenida: Hospital Ernesto "Ché" Guevara. Las dudas se disiparon con el cambio de nombre del centro de salud.
Briceño responde algunas preguntas. "Los médicos podrán sacar los equipos siempre y cuando demuestren que son de ellos. Necesitan pasar un listado de sus bienes, luego las facturas. Se realizará un inventario y determinará que es lo de cada quien; todo esto para cuidar los bienes del Estado. El Hospital no puede quedar inoperante, porque hace 10 años nosotros lo entregamos operativo".
Briceño expresa su dolor por aquellos que se quieren llevar las cosas. "Ellos no entienden que este hospital es tuyo, es mío, es de todos". Si los médicos insisten en llevarse los equipos tendrán que probar que son de ellos". ¿Cómo toma decisiones antes de estar dentro del hospital, si la autoridad le corresponde a GSSV? Aclara que él simplemente es el custodio del hospital, y que su firma no está en el comunicado. "Fernández es el responsable".
Todo se hace en el mayor misterio
Tanta preguntadera lo intrigó. "¿Quién eres tú? ¿Periodista? Yo no puedo darte declaraciones, no estoy autorizado. Si quieres saber qué pasa, pregúntale a Asuntos Públicos de PDVSA".
Crispín Marín, director del Coromoto, tampoco declaró. La secretaria informó que "próximamente los médicos se pronunciarán". Helen Sánchez, coordinadora regional de la misión Barrio Adentro, no sabe lo que allí sucede. "No tengo idea hasta que el hospital no pase a mis manos". En Asuntos Públicos de PDVSA señalaron que no hay nada que decir del hospital, sólo que cambiará de administración y pasará a manos de sus dueños.
Declaraciones formales, autorizadas, no hay. Un gran misterio. Allegados a Enrique Fernández, señalan que PDVSA tiene una gran deuda con la empresa GSSV y que si hablan o reclaman no les pagarán. Los médicos sufren las consecuencias. Ya el hospital no es el Coromoto. Ahora es el "Ché" Guevara. Para ser atendido en él debe ser empleado de PDVSA o familiar. Si usted va a un consultorio de Barrio Adentro también tiene esa oportunidad. De allí lo pueden referir. Si es particular o está asegurado, no lo atenderán. Al menos eso es lo que dicen quienes están de puertas adentro.
Médicos revolucionarios
Los médicos que trabajan dentro del hospital pueden seguir laborando en él. Una doctora, quien no quiso decir su nombre por miedo a represalias, indicó que llevó su currículo a PDVSA y la llamaron para la entrevista. "Nunca me preguntaron si tenía postgrado o sobre mis conocimientos médicos. El cuestionario indagaba sobre mis conocimientos revolucionarios". La galena respondió preguntas como: ¿cuáles son los cinco motores de la revolución? o ¿está usted de acuerdo con el socialismo?
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